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Una tarde de 1997 Violeta, cogió el lápiz y de un solo trazo dibujó sobre el papel la figura de un olivo que serviría durante más de doce años como anagrama de Canal Bajo Aragón.
Ese olivo poco a poco, con mucho trabajo, propio de los olivos, fue enraizando en la sociedad bajoaragonesa. Con honradez, sacrificio, esfuerzo, alimentando cada día el cadillo que daría forma a la fruta, fue sumando espectadores que a los pocos días se iban convirtiendo en familia. Así nació la familia de Canal Bajo Aragón que diariamente, durante muchos años fue reuniendo en torno a la mesa alrededor de cinco mil de sus miembros.
Hoy, los nuevos dirigentes de Canal Bajo Aragón, con la goma del desprecio han borrado ese trazo de 1997. Han dejado de abonar el árbol, de podar sus ramas secas, de darle forma para que aguante las buenas cosechas, de preparar los suelos para recoger las olivas que han caído, y la familia ha quedado reducida a apenas un centenar de miembros, gran parte de ellos nostálgicos que cada día encienden el televisor esperando ver el trazo amigo del olivo.
De los olivos nacen retoños vigorosos. Este diario que tienes ante ti es uno de ellos. Violeta, una representante del espíritu de Canal Bajo Aragón, ha vuelto a coger el lápiz (en realidad nunca lo había soltado) y con trazo seguro ha dado forma al pajarico Pinzón para que con su pico y con su vuelo vaya distribuyendo la semilla de este diario por todo el mundo donde haya un bajoaragonés.
En 1997 Violeta se puso detrás de su padre para con su trazo apoyar su proyecto televisivo en el Bajo Aragón. Hoy, su padre es el que se pone a disposición de su hija cuando inicia este Bajo Aragón Digital, que hoy, el primer día de salida, ya cuenta con una familia numerosa que está llegando gracias a la tecnología a todas partes del mundo.
Adiós Canal Bajo Aragón. Bienvenido Bajo Aragón Digital.