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En plena campaña electoral catalana, se reabren los debates de siempre, en un momento en que todos los partidos intentan arrancar votos. Los partidos nacionalistas, con más o menos atino, reinciden en destacar la excesiva solidaridad catalana con el resto de España. Argumento que en tiempos de crisis como los actuales puede resultar de fácil rédito electoral. El cartel de Joan Laporta, líder de Solidaritat Catalana, lleva el lema “Hola independencia. Adiós expolio fiscal”, refiriéndose a los impuestos que pagan los Catalanes al Estado Español. Laporta ha iniciado su campaña en el Baix Llobregat, una zona de gran inmigración. Su campaña se dirige a todos los catalanes, “hayan nacido donde hayan nacido y hablen la lengua que hablen”. El nacionalismo de Laporta es sumamente interesante porque no necesita escusas de identidad, sentimiento o lengua, es sencillamente neoliberalismo.
Mientras los partidos nacionalistas centran sus campañas en el sentido del odio y de la queja, otros partidos, como el Partido Socialista de Cataluña, han decidido orientarlas en el camino del placer, un placer efectivo, que crea un discurso positivo. En el vídeo de las juventudes socialistas para el PSC una mujer tiene un orgasmo al depositar su voto en la urna. El discurso del PSC sin embargo, no se implica y no entra en los debates que reclama una compleja y multicultural Cataluña.