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El carbón nacional se atasca otra vez. Las eléctricas se han empeñado y han recurrido el decreto que permitía el consumo de carbón autóctono de momento. La justicia española y la europea han paralizado cautelarmente el decreto.
La falta de decisión y la lentitud de los partidos mayoritarios españoles en Europa, ha provocado que estemos aún en esta situación. Resulta penoso escuchar a nuestros gobernantes esconder su incapacidad tras el escudo de la ecología. “Es que el carbón echa mucho CO2 a la atmósfera”. Y para que el carbón nacional no eche CO2 a la atmósfera, la alternativa es el carbón extranjero, que es más barato, eso sí, pero emite tanto CO2 como el de aquí en su combustión, y además consume más energía en el transporte hasta España. Porque el transporte de mercancías consume energía, y por tanto echa también CO2 a la atmósfera. Quede claro.
¿Por qué prefieren entonces el carbón extranjero? Parece que es de mejor calidad, y además es más barato. Los bajísimos costes de extracción compensan con creces los de transporte hasta España, a veces desde Sudáfrica.
Entonces, ¿De qué estamos hablando? Estamos hablando no de ecología, sino de rentabilidad económica, de precios más bajos. Deberíamos habernos dado cuenta antes que quienes han recurrido el decreto del carbón han sido las eléctricas, a quienes importa un pimiento la ecología y el medio ambiente.
Entran al trapo de la protesta también incluso trabajadores de Galicia, que se suman también a la rentabilidad económica, sin importarles tampoco la rentabilidad social.
En este maremagnum de intereses contrapuestos, de los que sacan provecho siempre los que tienen la sartén por el mango, es preciso que explicitemos nuestra propuesta, que ha sido apoyada por los órganos federales de Izquierda Unida.
IU reclama la intervención pública en el sector energético que permita planificar el mix energético español, abordar el desmantelamiento y cierre de las centrales nucleares, y conformarlo con todas las fuentes de energía autóctonas, primando las energías renovables y fijando la necesaria reserva estratégica del carbón como fuente de energía primaria y autóctona. “Esta planificación energética desde lo público permitirá actuar sobre los precios y tarifas del suministro, así como aportar soluciones globales y sociales a las cuencas y comarcas mineras”, manifestaba Adolfo Barrena el otro día. Adolfo Barrena es, además de coordinador General de Aragón, el responsable de Medio Ambiente de IU Federal.
La política tiene como una de sus funciones más importantes llegar a un compromiso entre la rentabilidad económica y la rentabilidad social. Hay muchos ejemplos de que es posible conjugar las dos rentabilidades, primando a veces una, a veces otra, y compensando unos territorios con otros: La sanidad y la enseñanza en el medio rural, son ejemplos de que es posible y necesario no pensar sólo en la rentabilidad económica.
En resumen, rebajar la emisión de CO2 a la atmósfera sí, pero hay que acompasar esa rebaja, que deberá ser generalizada, con la búsqueda de modos de vida y de trabajo alternativos para las personas que por ese motivo queden desocupadas. El futuro de comarcas enteras está en juego.