Mira que es difícil entenderte.  Hace unos días nuestro poco y menor por no decir nada presidente, decía que “para ganar unas elecciones hay que merecerlas”. Pero como se atreve este individuo, que nos ha llevado a la ruina, a decir esta frase, si él es presidente por y para desgracia de este país llamado todavía España a su pesar, ¿acaso se mereció él, el triunfo hace 7 años? Pues no, porque fue por la casualidad de un fatal atentado y el montaje de Rubalcaba, que dicho sea de paso, vaya reliquia tan bien.
Hace tres años ganó con la mentira y el no reconocimiento de una crisis que asomaba ya el hocico, como si de una maldición se tratará y así ha sido. En estos años de negación de la crisis y, como si de un iluminado se tratará, no ha hecho caso a nadie, ni de la oposición ni de las instancias europeas, ni de los dirigentes europeos, bastante más considerados que él, si no solo de sus correligionarios de turno y corte nacionalista, que a la vez solo buscan sus prebendas caseras, nos ha llevado un día tras otro, a la más desastrosa situación laboral y económica, lo más parecida a la época de la posguerra civil y a los años del “vente a Alemania Pepe”, tras haber hecho el “paripé” con el efecto llamada de obreros a otros países, cuando en España ya había un 7 u 8 por ciento de paro, del que por desgracia nunca hemos bajado.
Cómo puede decir este disparate de que “las elecciones para ganarlas hay que merecerlas” (pareciéndome bien en principio), quien ha conseguido o en ello está, “cabrear” a toda España, con ley de la memoria histórica, la ley del aborto, el lío del Valle de los caídos, la ley antitabaco, (la cual me importa un pimiento porque yo no fumo) pero la libertad es la libertad, y este mediocre presidente, miembro de la vieja guardia del “prohibido prohibir”, actúa como cualquier dictador, de esos de aquí estoy y soy el que manda, así que todos a pagar, callar y obedecer, que si no ganas no mandas, pero si ganas y mandas, haces lo que te da la gana.
Yo creía que la Democracia era otra cosa, pero visto lo visto no sé qué pensar, pero que no nos parecemos a las viejas democracias de Europa o Estados unidos es seguro.
Puede que mucha culpa la tenga la forma de interpretación de la Constitución y como cada español tiene la suya, nos hemos dado un reino de taifas, que no podemos soportar y no soportaremos y alguien tendrá que arreglarlo, antes de copiar lo de Egipto o Túnez por ejemplo, que Dios no quiera y yo tan poco. No sé, pero quizás sea buena idea decir a nuestros hijos, que se vayan a Alemania, quizás aprendan más desde allí de nuestra España que los que nos quedemos aquí.