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Es cierto que se nos ha ido un hombre cabal, un hombre del pueblo, un pregonero, un viajero y un profesor, en suma un hombre muy querido por casi el cien por cien de los aragoneses, pero como todo hombre, supongo yo que tendría alguna laguna, no sería tan entero o entero del todo, pues el ser humano por bueno, decente, y cabal que sea, siempre comete errores, pero vaya para él mi mas sentido homenaje, por todo lo que ha significado y significará después de su muerte, este es, sin duda, José Antonio Labordeta.
Dicho todo esto, hay que pensar con la cabeza y no dejarse llevar solo por el corazón, ni por los políticos de turno o la prensa sensacionalista que todo lo toca y manipula.
A mi me parece muy bien que Zaragoza le reconozca su labor con su nombre en una calle o un parque como parece ser, que se le rindan homenajes sobre sus canciones, o que se reedite su “Un País en la mochila”, pues el que se lo merece, se lo merece y punto.
Lo que ya no me gusta tanto y dicho con todos los respetos, es que se quiera poner como himno de Aragón, su canción el “Canto a la libertad” y no es porque no me guste, que si me gusta y la he cantado muchísimas veces, como “Esta tierra es Aragón”, “La razón de la fuerza, la fuerza de la razón” o la canción de los Monegros, siempre reivindicando el agua para esta tierra casi perdida, de la que quería hacer un hogar y un paisaje, como todos los que amamos Aragón.
El canto a la libertad es muy bonita y hermosa, pero si cada vez que algún personaje de un pueblo muera, por muy famoso, inteligente, humano y decente que sea, se ha de tocar o cambiar cualquier símbolo de nuestra identidad, no haremos otra cosa a lo largo de los tiempos, pues de vez en cuando siempre hay algún personaje de renombre que merece nuestra atención y respeto, solo por esto y aún sabiendo que en innovar, renovar, inventar o mejorar, esta el futuro, no se debe poner esta hermosa canción como himno de Aragón de manera oficial, pues ya lo es del pueblo llano y no solo de Aragón, si no de casi toda España, yo con eso me quedo más que satisfecho.
No es cuestión de tanto cambiar las cosas, ni de recuerdos amargos, si no de trabajar, estudiar, de tomar medidas sobre el trabajo, de asegurar la seguridad social y otras muchas cosas, y de no regalar nada a los nacionalistas, en fin es tiempo de poner la carne en el asador y seguir adelante que es de lo que se trata y de lo que, estoy seguro, estarán muy, pero que muy orgullosos, aquellos que ya nos han dejado y que a de más es lo que la sociedad necesita, por eso animo a ponerse a trabajar en ello y el recuerdo y la historia recordarlos, pero no usarlos, no sirve de nada.