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Como adentro, afuera
Todo el mundo tiene su opinión. Lo que para unos está bien, para otros está mal. Cada cual tiene su punto de vista. Es como ir al supermercado, si quieres un zumo, tienes zumos para aburrir, hasta que decidas escoger uno.
Así es la vida hoy en día, rebosa de matices, etiquetas y opiniones. De esta manera, organizarse como colectivo para abordar problemas vitales, es un poco complicado. Así es que reina la confusión, pues para empezar muchas de las creencias que son pilares de nuestra sociedad de hoy en día, son falsas. Por ejemplo: que tengamos que utilizar combustibles fósiles para tener energía, el petróleo, el gas…Las energías libres ya existen, motores magnéticos, de aire comprimido y tecnologías altamente avanzadas. Todas estas energías libres están literalmente secuestradas. No están puestas al servicio de la humanidad, porque no interesan económicamente. Un motor magnético no necesita combustible, además de no emitir polución al aire. ¿Quién nos vendería entonces la electricidad?
¿Habéis pensado alguna vez que somos la única especie del planeta que tenemos que pagar por el agua que bebemos? ¿Qué no podemos movernos libremente por la tierra? Que necesitamos papeles para demostrar que estamos vivos, aunque eso no nos garantice la “legalidad”. ¡Que difícil es ser totalmente legal en esta vida! Yo creo que el espíritu humano no puede quedarse encajonado en estos órdenes sociales tan rígidos, falsos, deshonestos y terriblemente hipócritas. Un día, los humanos no elegirán nunca más a líderes corruptos, porque no aceptarán la corrupción dentro de si mismos. No aceptarán la injusticia, porque dentro de cada uno la injusticia ya no existirá más. Así pienso yo. Eso si, el camino es largo….