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Armonía para todos
En estos tiempos donde hablar de los derechos humanos todavía levanta ampollas; y de esta forma contemplamos nuestro mundo con las profundas injusticias y tristezas, capaces de reventar nuestra ilusoria burbuja de bienestar – comodidad – y jocosidad, más difícil es aun hablar sobre el respeto y los derechos de los animales.
La discusión sobre cerrar los ruedos ha llegado por fin. Desde mi sentir, una sociedad de amor, conciencia y respeto, pasa por no torturar a un animal, con no sé que excusas ancestrales de virilidad, coraje, arte y todo lo que quieras. Pensar que clavar afilados aguijones metálicos en el cuerpo de un animal no es tortura… Los mismos cánones aplicaban en los circos romanos. ¡Que gran espectáculo! Pero vayamos un poco más profundamente. Pues seguro que muchos de los que gritan en contra de esta práctica taurina, en sus platos no escatiman el jamón, los filetes y seguramente no piensan en el futuro de los toros de lidia, como no piensan en el presente de sufrimiento en masa de los cerdos, ovejas, gallinas, pavos, vacas y muchos más. Animales que no ven la luz del sol, que les separan de sus crías, que les hinchan a vacunas y antibióticos. Eso para engordar la barriga del egoísmo humano. Eso si, todo tiene su precio y muchísimas de las enfermedades de hoy en día proviene de esa dieta cruel, pesada y sanguinaria. Una tendencia al vegetarianismo – que es un mundo nuevo de platos y sabores – mejoraría muchísimo la salud general. Hablemos del pescado. El mar esquilmado, contaminado con metales pesados y tóxicos muy tóxicos, nos los comemos con lo que comemos. Parece que ya no hay medida.
Por favor no digáis que a un animal se le sacrifica. Por que sacrificar significa hacer algo sagrado y desde luego la matanza diaria no lo es. Yo lo llamaría asesinato en masa. Hay gente que dice que sin carne no se puede vivir. Simplemente no es cierto. ¿Y que sentido tiene cazar zorros? Humano depredador y caprichoso. ¿Y los dibujos de las vacas felices en verdes prados de las cajas de leche? Si saliera una imagen de la realidad, seguro que no venderían tantas.
Mi visión: santuarios para animales de todas las especies. Dehesas financiadas si es necesario, por los amantes de los toros y los animales, para que vivan libres y la gente pueda ir a admirarles sin crueldad. ¡Que bonito mañana!