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En este mundo que vivimos ciertamente, del modo en que pensamos la vida es como se manifiesta en la realidad. Hoy en día ese organismo vivo llamado humanidad está experimentando la crisis más profunda y peligrosa sin anteriores precedentes. También está a punto de vivir la mayor oportunidad para dar el siguiente paso en la escalera de la evolución. Si observamos podemos darnos cuenta que la humanidad está fragmentada en miles de opiniones diferentes y asuntos que nos separan a los unos de los otros. Religiones, lenguas, credos, clases sociales, corrientes políticas. Todo ello es la ilusión de la separación. La política actual y el orden social está podrido porque se basa en la separación. Se basa en el dinero sobre todas las cosas y encajona a nuestra mente en estrechos cinturones de comprensión de la realidad. Las creencias y los paradigmas que sostienen esta forma de vida son infantiles y egoístas, y han sido creados históricamente con una clara intención de manipulación de unas élites minoritarias para someter a una mayoría. Nuestra arrogancia como especie pensante nos separa de la Tierra como un organismo vivo y estrechamente interrelacionado con todas las formas de vida planetarias. Nos creemos superiores pero no lo somos, o por lo menos no estamos demostrando serlo. ¿Cómo podemos hablar de progreso mientras exista semejante desigualdad? Millones de niños sufren y mueren por falta de amor y de alimento. Los gobiernos invierten billones en armas nucleares con la capacidad de arrasar toda la vida orgánica del planeta.
¿Es eso progreso? ¿Es progreso contaminar las aguas, el aire, extinguir especies? Estamos en un estado embrionario y sólo podremos sacar la cabeza del capullo cuando comprendamos que somos parte de la misma esencia, que somos uno con la Tierra, y que tenemos que empezar a pensar en términos colectivos y no individualistas como hasta ahora se ha hecho. Todo el dinero no servirá para nada si no tenemos Tierra, y no tenemos vida. ¿Por qué no se deja de pensar en términos artificiales y económicos y se empieza a valorar las cosas simples de la Tierra? ¿Pensáis que una cosa como el ordenador puede sustituir a nuestra computadora orgánica llamada cerebro? Parece que todo está hecho para que dejemos de pensar. Pero si pensamos y liberamos nuestra mente de este camino al abismo, veremos que la realidad puede ser muy diferente. Sin invertimos nuestro dinero, ahora que todavía sirve de algo, en proyectos que beneficien a la humanidad y al planeta, todo cambiará positivamente. No está mal hacerse la pregunta ¿Por qué hago esto? Es sólo para mi beneficio y poco más, o servirá a las generaciones venideras. Hay que soltar ese sentimiento de supervivencia y trabajar mano a mano. Soltar lo que ya no sirve para evolucionar: estados corruptos, políticos arrogantes, el vaticano, destrucción…nuestro cerebro no es un reloj. Nuestro cerebro necesita el Sol, el agua pura, el alimento sano, sin crueldad.
Estamos pasando del estado líquido al vapor, tenemos que aligerar, soltar lastre. Dejarnos de pamplinas. Todos somos hermanos y hermanas, le guste a nuestro ego o no.