Opiniones

Rubén Pascual. Sobre mi pueblo

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Yo creo que es hora para Alcañiz de dejar de crecer. De dejar de pensar a lo grande y cuidar lo pequeño y el detalle. ¿De qué sirven grandes logros muy visibles si para llegar hasta ellos pisamos las flores del jardín? Se gastan millonadas en infraestructuras carísimas de mantener, en desacorde con las necesidades reales de una población. Todo demasiado moderno, demasiado aparente, demasiado ruidoso.  En treinta y pico años que llevo de Alcañizano Universal he visto caer sitios hermosos, huertas, manantiales, plazas de piedra. He visto crecer los barrios, disminuir el río como nunca antes, ver  los secanos convertidos en regadíos plantados con maíz transgénico y regados aún cuando llovía. He visto la ciudad del motor (por fuera) y la he escuchado, hasta el punto que la oyes desde tu casa, el masico y si estás en la estanca cuando corren los coches, mejor te vas porque no se puede ni estar de la ruidera que hace. Han crecido los polígonos industriales y las grandes empresas, aun así, esta crisis económica manufacturada hace temblar a todo el mundo. El aire ya no es de calidad, el agua tampoco, Alcañiz resalta por su alto índice de cáncer; pues da que pensar…
¿Pensáis que todo esto es culpa de una legislatura u otra? Yo creo que simplemente es una pérdida de principios básicos colectivos y naturales. Alcañiz desde que la recuerdo siempre ha tenido grandes ansias de ser ciudad, y para mí, eso no es una ganancia, y el precio de perder nuestra riqueza biológica y nuestra tranquilidad pasa una factura demasiado cara. Me faltaba de nombrar la variante, que por ser necesaria se ha hecho a lo bestia, desmesurada, ni la Diagonal de Barcelona. ¿No se pueden solucionar los problemas de una manera menos ambiciosa y más lógica? El hecho es que Alcañiz no es un caso aislado, en general el mundo está así y en algunos lugares muchísimo peor, en algunos algo mejor, pero el problema es general, y su raíz se encuentra en una manera de entender la vida demasiado acelerada, demasiado económica, con demasiado miedo. Las cosas están por cambiar y lo más sabio sería desde mi punto de vista, estar atentos y cambiar con el cambio.

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