Opiniones

Virgilio Aljama

Alrededor de San Valentín, Teruel celebra su gran fiesta de los amantes, donde toda una ciudad, y me atrevería a decir toda una provincia celebra el amor a nivel universal, transformándose en una maravilla medieval imposible de describir. Las calles se iluminan con antorchas y fuegos a modo de farolas, la ciudad huele a medieval, águilas y halcones reciben a los visitantes, y lo más destacable es que el amor de Isabel de Segura y Diego de Marcilla, lo comparten por igual formaciones de judíos, moros y cristianos, con la naturalidad de la relación habitual entre vecinos del mismo pueblo, cosa descreída hoy en día y mucho más raro en el siglo XIII, desgraciadamente, y es que no solo es la historia de amor, sino la práctica de la igualdad de razas y religiones, lo que más impacta durante el próximo fin de semana. Casi asusta saber que un mundo en paz es posible, pero el talante de los turolenses lo demuestra. Por eso volvemos este año, si el tiempo no lo impide, con mi señora, porque la impresión que nos produce es inenarrable, un soplo de aire fresco y una ventana al futuro desde el pasado, volver a creer en el pueblo, que se desplaza sin complejos ataviados todos con trajes de la época, una ciudad entera y verdadera, no una plaza ni un recinto ferial, no, toda la ciudad, la que en la calle te seduce y te acoge y nos demuestra que hoy en día todavía podemos creer en las personas y sobre todo en el amor. Políticos prohibicionistas del mundo, salir de vuestros sillones e ir a Teruel, esta vez con vuestro dinero, y a todos nos irá mejor, porque sanareis de intolerancias y miedos y el amor os invadiría............. . En fin soñar es gratis, De momento y volviendo a la realidad vivimos en la comedia, la mentira y el autoengaño de la Monarquía Constituyente a la que mal llamamos democracia. Alrededor de San Valentín, Teruel celebra su gran fiesta de los amantes, donde toda una ciudad, y me atrevería a decir toda una provincia celebra el amor a nivel universal, transformándose en una maravilla medieval imposible de describir. Las calles se iluminan con antorchas y fuegos a modo de farolas, la ciudad huele a medieval, águilas y halcones reciben a los visitantes, y lo más destacable es que el amor de Isabel de Segura y Diego de Marcilla, lo comparten por igual formaciones de judíos, moros y cristianos, con la naturalidad de la relación habitual entre vecinos del mismo pueblo, cosa descreída hoy en día y mucho más raro en el siglo XIII, desgraciadamente, y es que no solo es la historia de amor, sino la práctica de la igualdad de razas y religiones, lo que más impacta durante el próximo fin de semana. Casi asusta saber que un mundo en paz es posible, pero el talante de los turolenses lo demuestra. Por eso volvemos este año, si el tiempo no lo impide, con mi señora, porque la impresión que nos produce es inenarrable, un soplo de aire fresco y una ventana al futuro desde el pasado, volver a creer en el pueblo, que se desplaza sin complejos ataviados todos con trajes de la época, una ciudad entera y verdadera, no una plaza ni un recinto ferial, no, toda la ciudad, la que en la calle te seduce y te acoge y nos demuestra que hoy en día todavía podemos creer en las personas y sobre todo en el amor. Políticos prohibicionistas del mundo, salir de vuestros sillones e ir a Teruel, esta vez con vuestro dinero, y a todos nos irá mejor, porque sanareis de intolerancias y miedos y el amor os invadiría............. . En fin soñar es gratis, De momento y volviendo a la realidad vivimos en la comedia, la mentira y el autoengaño de la Monarquía Constituyente a la que mal llamamos democracia.

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