Cultura

Avanza, en Albarracín, la restauración del lienzo de la Natividad, de Andorra

El lienzo en el que se representa el nacimiento de la Virgen de la iglesia parroquial de la Natividad de Nuestra Señora de Andorra está siendo restaurado en Albarracín por parte de la Fundación Santa María. Es una obra de principios del siglo XVIII en la que se han ido descubriendo veladuras y personajes ocultos bajo la capa de suciedad que se va adhiriendo al lienzo con el tiempo.

La restauración fue un encargo del Ayuntamiento de Andorra, a través del párroco David Rojas Pico, y costará unos 10.000 euros aproximadamente. Está prevista su inauguración, ya en su parroquia de Andorra, a partir de marzo.

Una comisión del Centro de Estudios Locales de Andorra (CELAN) se trasladó recientemente a Albarracín para conocer la evolución de los trabajos, que se encuentran en su etapa final, explicaron las restauradoras, Lidia Alcalá y Ana Gonzalo a los andorranos.

Desde el CELAN, Beatriz Ara explica que “anteriormente ha tenido que ser trasladado hasta los talleres de la fundación, tarea costosa y que les ha hecho barajar diferentes posibilidades debido a las grandes dimensiones del cuadro optando, finalmente, por una restauración en horizontal. Una vez en Albarracín, en la primera fase se ha intervenido en el envés de la tela, bastante deteriorada debido al paso del tiempo y a rehabilitaciones anteriores no demasiado acertadas. Una vez cosida la tela, ampliados los bordes e injertadas nuevas bandas de seda han pasado a actuar sobre el óleo propiamente dicho. Esta parte ha tenido una serie de fases cuya información ampliaremos en próximas publicaciones pero a grandes rasgos, han limpiado y arrastrado toda la suciedad respetando la pintura de cada centímetro del lienzo con una torunda de algodón, del tamaño de un palillo, untada con una mezcla de disolventes. Acabada la primera intervención han pasado a la reintegración volumétrica que ha consistido en rellenar las lagunas con un estuco y luego lijarlo hasta dejar toda la superficie al mismo nivel. Es en este paso en el que hemos llegado. Nos hemos encontrado a las restauradoras trabajando de rodillas, inclinadas sobre el lienzo, realizando un trabajo milimétrico y sobre una plataforma con ruedas que les permite acceder a las zonas interiores del lienzo. Solo queda la integración cromática ejecutada con acuarelas y el barnizado para proteger la obra.

El punto final será cuando se vuelva a llevar hasta la iglesia parroquial de la Natividad de Nuestra Señora de Andorra, montarlo de nuevo en el bastidor y colgarlo en la capilla del Evangelio”.

Fotografía: Rosa Pérez.

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