Cultura

Importantes hallazgos arqueológicos en el Cabezo de San Pedro de Oliete

Las excavaciones que ha realizado este verano el Museo de Teruel en el yacimiento del Cabezo de San Pedro de Oliete han detectado tres fases en la construcción de las defensas del poblado. Podrían tener una profundidad de hasta ocho metros. Esto sirve para ayudar a datar el yacimiento, un objetivo que continuará en las próximas campañas.

Los trabajos en la parte superior de las estructuras defensivas para conocer el trazado, la composición, la técnica constructiva y la estratigrafía de las líneas de fortificación del poblado también han permitido localizar una línea de fachada de dos viviendas y de una de las calles interiores.

También se ha excavado parcialmente la necrópolis de la primera Edad del Hierro, vinculada a las primeras fases de la ocupación del cabezo. Se han excavado siete tumbas, la mayoría con estructura en túmulos y que contenían huesos calcinados de los muertos en urnas de cerámica, junto con cuentas de collar, pulseras, placas de cinturón y colgantes de bronce, que sufrieron un proceso de destrucción en el momento del enterramiento.

Además, justo debajo de alguna de las urnas han aparecido fragmentos de cerámica a torno, señalando el inicio de los contactos que llevarán a la iberización de estas poblaciones.

El director del Museo de Teruel y codirector de la excavación, Jaime Vicente, ha explicado que a través del estudio del yacimiento del Cabezo de San Pedro “se puede conocer mejor la evolución de la cultura ibérica, desde los periodos de formación a las etapas centrales y el momento final en el que las poblaciones ibéricas van entrando en la dinámica del ámbito romano”.

Tras la campaña de excavación, el Museo de Teruel ejecutará la primera fase del proyecto de restauración de las estructuras defensivas con la colaboración del Gobierno de Aragón y el Consorcio de Patrimonio Ibérico de Aragón, que encargaron la redacción del proyecto básico. Esta previsto que la obra, en fase de licitación, se inicie en el último trimestre de este año.
“Consistirá, básicamente, en la excavación del foso existente entre las líneas defensivas, con una profundidad estimada de unos 3 metros, y la consolidación de los paramentos interiores de la gran muralla exterior”, ha contado el director del Museo de Teruel sobre el proyecto de los arquitectos Sergio Izquierdo, José María Sanz y Javier Sanz.

Las excavaciones en la parte superior de las estructuras defensivas han permitido localizar hasta tres fases en la construcción de las defensas. La primera, una línea primitiva con presencia de dos torreones, que fue arrasada y ocupada por construcciones de habitación en las fases finales del poblado. Sobre esta línea primitiva, cuya cronología aún no se puede precisar, se construyó una segunda muralla, muy ataludada, que anula uno de los torreones y mantiene parcialmente activo otro de ellos.

Finalmente, posiblemente en el siglo III a. de C., se construyó el sistema actualmente más visible, formado por un notable lienzo de muralla y torreones de gran potencia y altura. Todas las líneas de fortificación se extienden hasta alcanzar el cortado rocoso sobre el río. Este mismo proceso es posible que se repita en la construcción de las murallas exteriores del yacimiento.
Se ha podido constatar que en la última fase del yacimiento, posiblemente en los siglos II – I a. C., se desmantela parcialmente la muralla y sobre sus ruinas se construyen nuevas edificaciones, con suelos de arcilla y hogares donde se ha localizado vajilla de cocina.

Tras las excavaciones, el proceso de investigación continúa durante todo el año en los laboratorios del Museo de Teruel. En este momento, se ha encargado el estudio antropológico de los restos de las tumbas, se han seleccionado las muestras para su envío a laboratorios de análisis de carbono 14 que permitan fechar con precisión la necrópolis y se están preparando las muestras para la realización de los análisis que nos aporten datos sobre el clima, la vegetación y el medio ambiente en las distintas fases de ocupación. En el departamento de Restauración del Museo de Teruel se ha iniciado también el tratamiento de los objetos aparecidos en las excavaciones, para permitir su estudio y exposición, en su caso.

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