Cultura

La Portellada estrena el Archivo Amada Meseguer

El pasado octubre se inauguró en La Portellada el Archivo Amada Meseguer en un acto íntimo, por las circunstancias de la pandemia, que contó con la presencia de la alcaldesa Gloria Serrat Gracia.

Este archivo, de titularidad privada, tiene la voluntad de que los documentos conservados por Amada y su marido José María Palanques desde 1921 sean útiles a historiadores. Sobresalen los relacionados con don Carlos Montañés y Criquillion (1877- 1974), diputado por Valderrobres y gobernador de Barcelona, el sacerdote y organista mosén Pedro León Andía Labarta y el muralista mexicano Benito Meseguer Villoro, primo de Amada; aunque el grueso del archivo lo conforma material original y diverso sobre la organización, profesorado, planes de estudios, listas de alumnos y fotografías de las Escuelas Normales del Magisterio, masculina y femenina, de Barcelona en los años previos a la guerra civil. Y en estrecha relación con este fondo, trabajos artísticos y la numerosa correspondencia epistolar que mantuvieron con profesores y compañeros de carrera como don Felipe Sáiz, profesor de matemáticas del “movimiento normalista español”, Juan Call, caricaturista de La Dépêche du Midi, los pintores Donat Puig y Vicente Rovira, Enric Badal, cofundador de la Escuela Virtèlia en Barcelona, o Juan Campá y Felisa Gimeno, fundadores del Instituto Einstein de Caracas, entre otros.

Amada nació en Mazaleón el 15 de diciembre de 1912. Hija de molineros emigró con su familia a Barcelona y estudió en la Escuela Normal, especializándose en el método de la doctora Montesssori, con la que trabajó hasta 1936. Acabada la guerra, volvió a Aragón con su marido José María, que había obtenido la plaza de la escuela de Miraflores en Caspe, y su hija Florinda.

Más tarde Amada fue maestra de Valdeltormo y Mazaleón. Su último destino fue La Portellada, donde decidieron fijar su residencia tras su jubilación y ser enterrados. Murió el 30 de septiembre de 1991.

La nieta de Amada y José María abre este archivo en La Portellada como agradecimiento personal y familiar a todo el pueblo, como espacio de encuentro histórico y como homenaje a sus abuelos, que se materializará en las publicaciones del fondo que despierten mayor interés y en la organización de conciertos que den a conocer el rico y olvidado patrimonio musical turolense.

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