El convento de Santo Domingo
Además de las tareas propiamente religiosas, el convento de los Dominicos de Alcañiz se convirtió desde el siglo XV en un centro en el que, según el erudito alcañizano E. J. Taboada: "Los frailes cultivaron todas las ramas del saber humano: Con igual aptitud fomentaban industrias agrícolas, que mantenían discusiones científicas. En él se formaron eruditos aragoneses como Gómez Miedes, Juan Sobrarias, Jerónimo Ardid, Domingo Andrés, Alonso Gutiérrez, Fray Tomás Ramón, Pedro Juan Zapater y muchos otros.
En la Guerra de la Independencia, la iglesia y convento de Santo Domingo fueron objeto, como el resto de las iglesias de Alcañiz, de un despiadado expolio y destrucción. El convento fue abandonado desde enero de 1809 a 1816, fecha en la que regresaron algunos religiosos dominicos. Poco tiempo duró el proceso de recuperación del ruinoso edificio pues en 1836 tuvo lugar la exclaustración y abandono definitivo del mismo, pasando tras su venta, a manos del Ayuntamiento, que lo utilizó poco después como lonja y mercado de granos.
Durante el siglo XIX y buena parte del XX la antigua iglesia de Santo Domingo pasó a manos privadas, convirtiéndose en cuadra, cochera, posada, estación de autobuses, garaje o taller de reparación de vehículos. No fue hasta 1989 cuando el templo pasó a ser propiedad nuevamente del Ayuntamiento de Alcañiz, que en 1997 inició las obras de rehabilitación para ubicar en él el actual 'Atrivm. Espacio de Historia'.
Autor: Javier Zardoya.
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