Investigando una leyenda

En la histórica ciudad de Alcañiz (Teruel) una leyenda urbana ha pasado de generación en generación. Los nietos la han escuchado de sus abuelos y padres y estos a su vez la oyeron de los suyos. A veces, durante largas épocas, la leyenda parece dormitar; se esconde entre la niebla de la historia para resurgir después todavía con más fuerza. Es la leyenda de los pasadizos, una supuesta red de túneles que recorría la ciudad conectando algunas de sus más importantes construcciones como el Castillo calatravo, la ex colegiata y algunas de sus numerosas iglesias. Hay quien afirma incluso que un ramal de estos pasadizos cruza por debajo del río Guadalope. Algunos aseguran que durante su niñez los recorrieron. Mito o realidad, durante mis dos últimos años como periodista en la capital del Bajo Aragón Histórico decidí investigar sobre la leyenda.

"Siguieron; y como D. Beltrán intentara quitarle de la cabeza la pueril creencia de los caminos subterráneos, obra de la Edad feudal, dijo Nelet que a la tradición debía tal creencia y otras análogas, como la parte fundamental que toman en nuestra vida las potencias invisibles, ora sean ángeles, ora demonios. Replicó el anciano que la tradición era una vieja loca, que había sido poetisa; pero que ya con la edad chocheaba; y Santapau contó que su madre, natural de Ares del Maestre, el riñón del Maestrazgo, hablaba de las galerías secretas entre los castillos de la Orden de Montesa y los monasterios de frailes y monjas, como si las hubiera visto y reconocido de punta a punta. Tomó la palabra Urdaneta para denegar tales absurdos, asegurando que si había pasadizos bajo tierra, eran cortos, y sólo servían para unir los castillos con algún reducto cercano, caminos naturales del arte antiguo de la fortificación. Respecto a la Orden de Montesa, de quien fue propiedad aquel territorio que veían, y otros mayores en grandísima extensión por todo el reino alto de Valencia, dijo que él era caballero de dicho Hábito; pero que ya tales caballerías eran una ficción de vanidad, porque todo lo substancial de ellas se lo había tragado el tiempo insaciable, que va devorando, devorando, y no siempre crea cosas nuevas con que sustituir a las pasadas".
‘La campaña del Maestrazgo’, Benito Pérez Galdós.

Autor: Javier Zardoya

Más información en: http://zardoya.blogspot.com/p/pasadizos-de-alcaniz.html

Compartir

Image