Las bodegas de Ángeles Molías IV

La sensación de peligro era evidente, sobre todo por las vibraciones que procedían de las obras de reforma de la calle Mayor, que se encontraba entonces en todo su apogeo. Según mis cálculos, ese hueco subterráneo se encontraba fuera de los límites del edificio, al menos dos metros más allá de la acera de la calle Mayor, y a unos cinco metros de profundidad como poco. Por lo que pude ver, no había sido afectado por las obras de la calle al encontrarse por debajo del nivel de las excavaciones que se realizaban para introducir las tuberías de aguas pluviales y desagües. Sin embargo, estaba lleno de tierra y piedras, por lo que no pude comprobar entonces si tenía algún tipo de continuidad con otros espacios.
Daba la impresión de haber sido un espacio donde acumularon todos los escombros de alguna de las reformas de la bodega y que luego se tabicó y olvidó. Al salir al exterior del edificio me encontré con Ángel Romero, un familiar de Ángeles Molías. El señor Romero me comentó amablemente que en su día sus hermanos Paco y Salvador Romero habían realizado obras de reforma en esa casa, y que posiblemente fueran ellos los que tapiasen dicha pared hace décadas.

La falta de medios y el estado de peligro inminente en que se encontraba ese espacio imposibilitó que encontrase alguna pista más allí sobre los pasadizos alcañizanos. Una limpieza y una búsqueda con más medios en un futuro quizás pueda arrojar algún dato más sobre este interesante espacio subterráneo que también permanecía en el olvido.

Autor: Javier Zardoya.

Más información en: http://zardoya.blogspot.com/p/pasadizos-de-alcaniz.htm

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