Paredes excavadas a mano
Tras avanzar casi reptando una decena de metros por un suelo repleto de insectos y excrementos de murciélagos, el túnel se estrechaba un poco más. El techo estaba formado por grandes piedras de arenisca y las paredes se habían excavado a mano. En ellas todavía se observaban las marcas de los buriles.
Como ven, en algunas zonas se habían desprendido un poco las paredes, pero como el túnel parecía lo suficientemente sólido decidí seguir avanzando.
Siguiendo unos metros, la mampostería en las paredes volvía a aparecer; y los murciélagos también.
Autor: Javier Zardoya.
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