Posible receptáculo de escapes de agua, aceite o vino
Después de documentar fotográficamente el espacio, decidí salir al exterior, donde me espera Miguel Ángel Gil. Al doblar la esquina del pasadizo en ángulo de 90 grados, eché el pie y me hundí en el agua hasta la rodilla. Parece tratarse de un agujero escavado. Con un palo de madera compruebo que tiene una profundidad de unos 40 centímetros. Aparentemente no tiene pinta de que continúe y más bien parece ser una especie de receptáculo en el que recoger posibles escapes de agua, aceite o vino cuando esta clase de bodegas estaba en el apogeo de su funcionalidad.
En este edificio, pese a la monumentalidad y originalidad de sus espacios subterráneos, tampoco encontré evidencias que constatasen una comunicación subterránea exterior con otras zonas de la ciudad.
Autor: Javier Zardoya.
Más información en: http://zardoya.blogspot.com/p/pasadizos-de-alcaniz.htm