Beceite. Encuentran un rebollón amueblado
Jorge Aniago y su novia salieron a buscar setas ayer. “No encontrábamos nada, el terreno parecía muy pateado, había muchos pies de rebollones cortados. Con el coche, cambiamos de lugar unas seis veces, pasando por Peñarroya y Fuentespalda, hasta que llegamos a Beceite”, introdujo Jorge. Fue en esta localidad del Matarraña donde cogieron varios rebollones, no muchos, pero les pareció suficiente cuando ya no esperaban encontrar nada.
“Mi hija no vino”, explica Jorge, “debía ir al colegio”. Pero Jorge no olvida lo que le dijo esa misma mañana: “que tuviéramos cuidado de no dañar a los duendes que viven en las setas. Eso me dijo y casi no le presté atención, pero cuando encontramos lo que encontramos... las palabras de mi hija volvieron a mi cabeza”.
Al cortar uno de los rebollones, de su pie salieron disparadas una mesa y dos piezas de cocina de porcelana. Todo pequeñísimo. “Aluciné, flipé o como lo quieras decir”, indica Jorge. “Mi novia se empezó a poner roja y le dio un ataque como de risa histérica. Me la contagió y, en ese estado miramos dentro del pie cortado del rebollón y vimos que había una especie de separador, lo saqué y, entonces cayó una cama enana”.
“Lo que sea que viviese allí, parecía que hubiese salido huyendo, pues la cama estaba sin hacer”, opina Jorge.
Tanto el rebollón, como los muebles y las piezas de porcelana están siendo analizadas por guardas del monte, quienes dijeron que este hallazgo tiene similitud con una zapatilla diminuta que apareció hace dos años en Peñarroya por estas mismas fechas.
Esta noticia es fruto de la imaginación. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.