DESDE ARGENTINA
Walter Huerta (Periodista)
Muchos candidatos cuando están en campaña hablan de generar un verdadero
cambio, sobre todo los que están del lado opositor, y los que forman parte del
oficialismo gobernante hablan de consolidar el cambio que ya iniciaron hace
cuatro años.
Básicamente no estoy descubriendo nada nuevo, sino mas bien todo lo contrario.
Pues bien hasta aquí todo igual como siempre, pero poco se escucha por estos
días en la Argentina de propuestas concretas que mejoren la calidad de vida de
los ciudadanos de este pais. Son muchos los espacios en los medios masivos de
comunicación, que se dedican a difundir las grandes diferencias que existen
entre la candidata oficialista, Cristina Kirchner, y los oponentes que vienen en
el colectivo de la oposición.
Pero lamentablemente se lee poco o nada, sobre los problemas de la inflación,
de la inseguridad, del éxodo continuo de salidas de capitales, de la
corrupción, de la escasa preparación educativa con la que los chicos salen de
la escuela secundaria, de las tremendas desigualdades que hoy existen en la
sociedad argentina, de la creciente pobreza e indigencia a pesar del crecimiento
histórico de la economía en los últimos años, de la demanda cada vez mas
generalizada que acude a los comedores populares para alimentarse, de los cerca
de 400.000 jóvenes de 18 a 25 años que no trabajan ni estudian, etc, etc, etc.
Ya es hora que los candidatos presidenciales comiencen a hablar de estos temas
que tanto preocupa a la sociedad argentina en su conjunto, porque no solo
importan las diferencias sino que también importan las similitudes a la hora de
generar políticas de estado que se mantengan mas allá de los gobiernos de
turno, porque recién allí la Argentina va a poder explotar todo su potencial,
generando mas inclusión y mas igualdad de oportunidades para todos.
Porque esta claro que por si solo el crecimiento económico no soluciona el
problema estructural de la pobreza e indigencia, sino que es la base para
empezar a construir una sociedad que viva en una economía desarrollada.
Pero para que esto se haga realidad necesitamos que la gente vuelva a creer en
la cultura del trabajo, que los chicos estén en la escuela educandose, mientras
que sus padres salen a trabajar, porque una economía desarrollada no se
construye desde los subsidios, sino desde el trabajo y desde una educación
gratuita y de calidad, donde todos los chicos partan en igualdad de condiciones.
Solamente cuando lleguemos a este punto podríamos empezar a hablar del estado
de bienestar. Hoy la Argentina tiene una oportunidad histórica de crecer, ya
que el mundo demanda alimentos que se pueden producir en este pais.
Pero no sea cosa que los candidatos sigan hablando de temas menores, y el tren
del desarrollo pase de largo sin que los argentinos puedan abordarlo.