Piden “responsabilidad” frente al “aluvión” de contagios en el Bajo Aragón

En los últimos siete días hasta este martes en el Bajo Aragón se han detectado más de cien contagios por coronavirus y hay muchas pruebas pendientes de hacer, según informó el director de Atención Primaria de Alcañiz, Roberto González, en una entrevista concedida a Bajo Aragón Digital.

Caspe está a la cabeza, con 65 infectados nuevos en esta última semana, seguida de Alcañiz, con 42 contagiados en el mismo periodo. Los casos aumentan con rapidez llegando al resto de municipios bajoaragoneses, que pueden contar con 2, 3 o hasta 9 casos cada uno.

Este martes el hospital comarcal de Alcañiz contaba con 6 personas ingresadas con coronavirus. Además, la semana pasada una persona tuvo que ser trasladada a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de Zaragoza.

 

Atención Primaria trata de contener el “aluvión” de casos

Con este panorama, la situación de “nueva normalidad” tiene poco de “normal” para el director de Atención Primaria, quien describe el trabajo de los centros de salud bajoaragoneses como “terrible” para tratar de “contener este aluvión de casos que aparecen por un sitio y por otro”.

Y es que el personal de estos centros debe testear a quienes presentan síntomas, pedirles una lista de las personas con las que han estado y de sus teléfonos y llamarles una a una para comprobar su estado de salud, realizarles pruebas, rastrear a su vez a los contactos de estos…. Una labor que parece no tener fin y que en algunas ocasiones, muy pocas, encuentra trabas: hay algunos infectados que no quieren revelar con quienes han estado y el rastreo se complica.

 

Hay más medios, pero muchos brotes

Al comienzo de la pandemia la Atención Primaria hacía de filtro para evitar la saturación del hospital, explica Roberto González. “Cuando los hospitales se vaciaron, la Atención Temprana actuó como un muro ante la transmisión de la infección y se dedicó al control de los pacientes”. Ahora, hay más posibilidades de hacer pruebas y detectar los casos temprano, no como antes cuando la “capacidad para el diagnóstico era casi nula por falta de pruebas o desconocimiento de su fiabilidad”. Cuando se levantó el estado de alarma, “intentamos volver a la rutina, pero no nos han dejado los brotes”, indica González.

 

Reuniones sociales y situación de vida precaria, origen de los brotes

Los brotes que tienen su origen en reuniones sociales o familiares o visitas de otras ciudades a casa de parientes o amigos son más fáciles de controlar. Pero los contagios que se propagan en zonas, como bares, en las que hay proximidad entre desconocidos son muy difíciles de rastrear, indica el director de Atención Temprana.

La introducción de los contagios actuales es, principalmente, por jóvenes asintomáticos y a partir de ahí se contagia a contactos sociales, familiares y laborales, personas de cualquier edad, con distintos estados de salud y más o menos susceptibles a este virus, indicó González, para quien “la gran lucha” es llegar a todos los contactos de esas personas para aislarlas y “romper la cadena de transmisión”.

Los primeros brotes se originaron en el Bajo Aragón Caspe con trabajadores de empresas hortofrutícolas. Roberto González explica que en muchos de estos casos se trata de personas que conviven con otros trabajadores en viviendas donde la falta de espacio y de comodidad les empuja a hacer vida de calle y eso hace que el virus se extienda a otras personas, para ellos desconocidas, y por lo tanto difíciles de rastrear.

 

La salud está por encima de las terrazas. El virus es grave

“La ciudadanía debería ser más consciente de que aquella primera invasión se paralizó con el confinamiento, pero ahora nos movemos todos mucho. Todos bajamos la guardia en algún momento”.

Por otra parte, indica, la necesidad de tener salud se encuentra compitiendo con otras necesidades o intereses, como las económicas, y con formas de vida de las que en estos momentos se debería poder prescindir: “nunca ha habido tanta necesidad de terrazas y playas”, considera González, insistiendo en que “el virus es el mismo y tiene bastante gravedad”.

 

Si los sanitarios se contaminan, tenemos un problema todos

Para González, “los sanitarios somos los más intolerantes ante actitudes irresponsables de algunas personas”, pero es que “si los sanitarios se contaminan tenemos un verdadero problema todos”. El virus “está ahí, nunca ha dejado de estar” y, además de tener que protegerse, estos trabajadores están acortando y aplazando sus vacaciones para poder atender la situación que “está yendo en aumento”.

Aludiendo a los aplausos a los profesionales de la salud durante el confinamiento, González dijo que “el único aplauso que pediría a la ciudadanía es que sean responsables para que no se disemine mucho y que no se resienta el sistema sanitario”.

 

Cuidado con las personas vulnerables

Para el director de Atención Primaria “la población tiene que ser consciente de los riesgos que tenemos, porque parece que lo estamos conteniendo, pero se nos puede ir de las manos” y pese a que los jóvenes son la mayoría asintomáticos, pueden transmitírselo a sus abuelos y a personas a quienes les afecte gravemente.

 

Falta de transparencia del Gobierno

González considera que desde el Gobierno “las malas noticias se minimizan”, quizás “por no alarmar” y “no se es debidamente transparente”. Se ha tendido a no hacer visible la gravedad del problema como en cambio, indica, sí se hace con las campañas de tráfico o las cajetillas de tabaco.

Por todo lo expuesto, González insiste en la importancia de llevar mascarilla, lavarse las manos, mantener distancias y, siendo conscientes de la gravedad de la situación, ser responsables.

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