Andorra. El Rambo de Requena no responde
Piden entre 29 y 61 años de prisión para él. El juicio, con jurado popular, contra Pedro Lozano Giménez, conocido como el Rambo de Requena, comenzó este martes en la Audiencia Provincial de Teruel. El acusado no quiso responder a ninguna pregunta y tampoco su abogado, quien sí que formuló preguntas a los testigos centradas, principalmente, en el conocimiento de las víctimas sobre el terreno en el que se movieron, en la información que los agentes habían recibido sobre el propio sospechoso y en las actitudes y los elementos que pudieron usarse como protección durante el tiroteo y en las heridas que sufrió el Rambo cuando fue cercado por los agentes.
El Rambo fue detenido el 8 de junio del 2020 en Andorra. Huía de la Comunidad Valenciana, buscado por varios delitos que habría cometido allí. Antes de llegar a Andorra, heriría de gravedad a un Guardia Civil en Muniesa y habría estado oculto en una vivienda del municipio turolense de El Castellar. El arma con la que fue herido el agente era una escopeta con los cañones recortados y llevaba munición alterada e ilegal: cartuchos de postas, que tienen una gran expansión dentro del cuerpo.
Hasta Muniesa y hasta Andorra habría llegado en dos vehículos sustraídos y se subiría al vehículo en marcha de un vecino de Andorra, al que le pediría que le ayudase a salir del municipio bajoaragonés.
En el juicio de este martes declararon diferentes testigos. Los agentes de la Guardia Civil de Muniesa declararon que fueron tras el sospechoso tras recibir un aviso en el que se les advertía de que un vehículo sustraído podría ir conducido por el buscado Rambo de Requena y que podía ir armado. Describieron cómo le requirieron identificarse al llegar el sospechoso y los agentes a un callejón y cómo el acusado abriría fuego inmediatamente contra ellos y tras ocultarles la escopeta que portaba. A uno le apuntó a la cabeza, pero el disparo no le alcanzó. El otro, al que se le encasquilló el arma, recibió varios disparos y resultó herido de gravedad.
En otro vehículo sustraído se desplazaría a Andorra, conduciendo muy rápido, poniendo en riesgo a los viandantes, sin respetar señales, chocando contra una pared. A pie, armado con la escopeta con la que habría disparado a los agentes en Muniesa, se desplazó por Andorra, hasta que se subiría al vehículo en marcha del vecino, quien reconociéndolo como el Rambo por las noticias y sintiéndose amenazado, le guiaría hasta la salida del pueblo, pero con la picaresca de hacerlo cerca de los controles de la Guardia Civil, para correr a informar a los agentes sobre su paradero.
Fue interceptado, a pie, en las inmediaciones de Andorra. Apuntaría a los agentes con la misma recortada y fue abatido por los agentes, quienes le practicaron un torniquete en una pierna y lo trasladaron en helicóptero al hospital.
Estos hechos se consideran por la acusación como constitutivos de varios delitos, entre ellos de tentativa de homicidio, tenencia ilícita de armas, hurto de vehículos, conducción temeraria o coacciones.