Sucesos

Juicio contra Feher: se evidencian los fallos que tuvo el dispositivo

El presidente de la sala insistió constantemente a los abogados: no pueden hacerse preguntas que no se centren en la actuación de Norbert Feher la noche del 14 de diciembre del 2017 en Andorra, que desembocó en las muertes del ganadero José Luis Iranzo y los Guardias Civiles Víctor Romero y Víctor Jesús Caballero.

Pese a ello, desde la defensa tanto de Feher como de las víctimas y otras partes personadas formularon preguntas a los testigos que evidenciaron la falta de coordinación en el dispositivo de seguridad desde que se comenzaron a producir los robos en el Bajo Aragón hasta que se detuvo a Feher el día tras las muertes y el peligro al que fue expuesta la población durante esos días.

Este martes, segundo día del juicio contra Feher en la Audiencia Provincial de Teruel, declararon testigos como el padre de José Luis Iranzo y miembros de la Guardia Civil que participaron en el dispositivo y en la investigación de los hechos.

El capitán jefe de la Policía Judicial de Teruel dijo que en esta provincia la Guardia Civil no tenía constancia de quién era Norbert Feher ni de sus crímenes en Italia, pese a existir una orden europea para su búsqueda y pese a que en Italia se tenía constancia de que Feher podía haber huido a España y se le buscó en el sur de este país. “Eso lo canaliza la Policía Nacional”, dijo el capitán, insistiendo en que esa información no llegó a Teruel.

Hasta que se dio muerte a las tres personas en Andorra, la mayoría de los sucesos cometidos en la zona habían sido pequeños robos en masicos, pero ocurrió un hecho muy grave el 5 de diciembre: los disparos a dos personas en un masico de Albalate del Arzobispo, tras el cual, no se aumentó la seguridad para la población.

Un comunicado informativo de la Guardia Civil del 12 de diciembre del 2017 evidenciaba con pruebas que la persona que había estado cometiendo los robos en los masicos podía ser el autor del tiroteo de Albalate, una línea de investigación que se siguió a partir de ese día y, pese a ello, no aumentaron las medidas de seguridad para la población en la zona, ni se advirtió a los alcaldes para que tomaran medidas para la protección de sus vecinos. El capitán jefe reconoció que era muy probable, por los indicios que había, que fuese la misma persona.

Igual de desprotegidos se encontraron tanto José Luis Iranzo y su padre (el ganadero había colaborado con la Guardia Civil poco antes de su muerte), los agentes fallecidos y los que encontraron los tres cuerpos, que manifestaron encontrarse peligrosamente expuestos, pues dijeron desconocer a qué tipo de persona o personas se estaban enfrentando mientras hacían su trabajo.

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