Reportajes

Fotografiar a un animal de muy cerca

Tener a un pájaro o a otro animal posado delante del objetivo de la cámara es un deseo difícil de convertir en realidad. Todo llega. Las claves son sigilo, camuflaje y paciencia.

Cuanto mayor alcance tenga nuestro objetivo más posibilidades tendremos de entrar en la vida privada de los animales sin que estos noten nuestra presencia. Un teleobjetivo 150-600 mm., como el Sigma Contemporary, que además es ligero, es una buena opción para permanecer relativamente lejos del animal y poderle sacar un buen primer plano.

No obstante, hay otras opciones que, pese a complicar la tarea, pueden resultar más emocionantes. Una cámara de fotos con un objetivo, por ejemplo, 18-105 mm., que puede resultar impensable para realizar este tipo de fotografías tan complicadas, es igualmente apto. Eso sí, el reto es mayor: habrá que ser mucho más sigiloso, camuflarse muy bien y acercarse al animal o esperar a que este se acerque a nosotros. Quizás el corazón del fotógrafo lata más fuerte en este caso y, pese a no conseguir pulsar el disparador por miedo a asustar al animal, se lleve a casa una experiencia más salvaje y grata. Aunque regrese sin fotografías. Siempre aprenderá para tomar una buena foto algún día.

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En ambos casos, usando objetivos de mayor o menor rango focal, es importante aplicar las tres citadas claves: sigilo, camuflaje y paciencia.

Existen trajes de camuflaje que facilitan el trabajo. Los hay muy ligeros, compuestos de sudadera con capucha y pantalón con un estampado de ramas y hojas y, a su vez, con hojas de tela a lo largo de todo el traje, un diseño tridimensional.

Vestido así, el fotógrafo puede camuflarse en tramos de río urbanos o más salvajes, en lagunas o en el monte, en cualquier lugar que haya algo de vegetación para ponerse al lado y formar parte de ella. Es conveniente camuflar también la cámara y el trípode si se lleva.

Para acercarse al animal o a algún posadero en el que preveamos que un ave podría posarse o en alguna zona de aguas tranquilas donde un zorro podría acudir a abrevar o junto a algún terreno de cultivo al que puedan ir a buscar comida diferentes animales o posarse en sistemas de riego, es conveniente caminar buscando elementos que nos sirvan de pantalla, como rocas, árboles o matorrales. Así, se puede ir avanzando hasta nuestro objetivo usando como escondites provisionales los diferentes elementos naturales.

El viento, incómodo para el fotógrafo, es un buen aliado para que a los animales les cueste detectarlo.

Es conveniente pasar varias horas en un mismo lugar en el que podría posarse o pasar un animal. Es imposible saber con certeza donde acudirá un animal, pero a medida que el fotógrafo vaya explorando diferentes posibilidades y amplíe sus salidas a la naturaleza, aprenderá más sobre la vida de sus objetivos, sus movimientos, intereses y lugares preferidos.

En este sentido, hay que tener en cuenta que la comodidad gusta a animales y humanos, por lo que si hubiese un sofá en el monte, seguramente los animales se tumbarían en él para dormir o lo usarían como refugio. Si a los humanos nos molesta el viento, a ellos también y es muy posible que en días ventosos ellos también opten por buscar un refugio y eviten las zonas abiertas.

A ello hay que sumar las migraciones de animales y sus movimientos territoriales, como en el caso de aves o corzos.

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¿USAR TRÍPODE?

Además de aportar estabilidad, el trípode permite hacer fotografías con poca luz, aunque si el animal se mueve, igualmente saldrá movido. El trípode ata al fotógrafo a permanecer en un lugar mucho tiempo para no delatarse cambiando de un lugar a otro arrastrando sus bártulos y limita los movimientos si hay que seguir a un animal rápidamente.

No usar trípode da mucha más libertad para seguir a los animales, ya que no sabemos por dónde van a salir. No obstante, tiene el inconveniente de que pasaremos muchas horas esperando y es imposible permanecer sujetando la cámara en la misma posición, por lo que nos relajaremos y bajaremos la cámara. Cuando tengamos, de repente, delante a un animal, deberemos volver a subir la cámara hasta nuestra cara y ese movimiento es posible que nos delate. Para evitarlo, es muy útil buscar un buen escondite, como un pequeño hueco entre ramas.

 

CUIDADO PERSONAL

Es muy peligroso esconderse en lugares donde podrían estar cazando. Cualquier movimiento nuestro podría hacer pensar al cazador que somos una posible presa. Así que hay que evitar esos lugares en esos momentos.

También es posible que nos topemos con personas que pasean a sus perros sueltos y estos podrían asustarse si nos detectan de repente. Nosotros, también.

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