Alcañiz. “No pretendan que también asumamos los costes” al hospital de Zaragoza

A la falta de médicos en ambulancias, a la falta de especialistas y al cierre temporal de la hospitalización a domicilio, se suman los problemas que acarrean a los pacientes bajoaragoneses tener que desplazarse por sus propios medios para ser atendidos en Zaragoza.

Un ejemplo de ello es la petición ante Inspección Médica que registró este miércoles una vecina de Alcañiz.

En su petición, la vecina explica que el pasado sábado su marido sufrió un traumatismo ocular por el que fue atendido en el servicio de urgencias del centro de salud de Alcañiz, donde se evidenció, indica, que presentaba una “úlcera corneal de tamaño considerable con riesgo de perforación e infección”. Fueron derivados al Hospital Universitario Miguel Servet, dice la vecina, “ya que el hospital de Alcañiz carecía de oftalmólogo hasta el lunes por la mañana y no podía ser demorada la valoración por dicho especialista”.

Llegaron a casa el domingo por la mañana, con tratamiento antibiótico correspondiente y la indicación de volver inmediatamente a Zaragoza ante el mínimo signo de complicación y el lunes se dirigieron al servicio de atención al paciente del hospital de Alcañiz para solicitar la devolución del importe correspondiente al desplazamiento realizado.

Allí, indica la vecina, además de indicarles de que el trámite debe realizarse a través de Inspección Médica, les dijeron que “no nos correspondía, ya que no se cumplía el kilometraje requerido”, de “120 kilómetros por trayecto”. Según el mapa de carreteras hay 104 kilómetros de Alcañiz a Zaragoza.

La vecina expresa en su escrito que “por desgracia, los habitantes de esta zona debemos acudir al Hospital Universitario Miguel Servet con mayor frecuencia de lo que sin duda nos gustaría y podemos asegurarle que salir de nuestros pueblos y aparcar en las inmediaciones de dicho centro hospitalario supone bastantes más kilómetros e innumerables inconvenientes” y manifiesta que “asumimos no contar con muchos servicios en este cada vez más maltrecho y desmantelado sistema sanitario, asumimos también el riesgo potencial que vivir en el mundo rural supone para nuestro estado de salud y las molestias que todo esto genera, pero no pretendan también que asumamos los costes”.

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