Así es Feher, según él mismo y los informes médicos
“Soy rápido, conozco la anatomía humana y sabía dónde disparaba”. “Había que eliminar obstáculos”. Son palabras que Norbert Feher dijo a los profesionales de la salud. Las pruebas practicadas a los fallecidos corroboran lo que les dijo.
Médicos psiquiátras, psicólogos y criminólogos que entrevistaron y analizaron a Feher tras su detención y que estudiaron el estado de los cuerpos de los tres fallecidos en Andorra, José Luis Iranzo y los guardias civiles Víctor Romero y Víctor Jesús Caballero, declararon este jueves en el juicio que se celebra esta semana contra su presunto autor.
Todos los análisis practicados a Feher determinaron que estaba orientado en tiempo y espacio, no tenía alteraciones de memoria, ningún déficit mental ni patologías psiquiátricas.
También determinaron que presentaba una gran frialdad emocional. El propio Feher dijo a los médicos que “la muerte es inevitable”, refiriéndose a las víctimas, hacia las que, según los profesionales, no sentía ninguna empatía.
El abogado del acusado argumenta que Feher presenta “neurosis de guerra”, un término que según los profesionales es anticuado y hoy se le conoce como “trastorno de estrés postraumático”. Pero en todos los informes médicos sobre Feher esta patología quedaría descartada, así como cualquier otra patología psicológica. Determinan que el acusado no presentaba “ninguna distorsión de la percepción de la realidad” y que “su conducta violenta no deriva de ninguna patología mental”, que él podía decidir qué hacer en cada situación y lo hacía.
El propio Feher negó tener ningún problema psiquiátrico y aseguró que no se sintió amenazado, ni tenía miedo, que llevaba las armas para defenderse y las usaba cuando las necesitaba.
Tras matar al ganadero y a los agentes, Feher se bebió dos cervezas. Eso dijo. Cuando unas horas más tarde lo detuvieron, cerca del vehículo que conducía y con el que sufrió un accidente, dio positivo en alcoholemia. Los médicos pudieron comprobar, basándose en dos test de alcohol, que el acusado se había bebido las cervezas después de las tres muertes.