Caen cuatro gotas: restringen el agua de riego en el Bajo Aragón

Los agricultores bajoaragoneses deben ceñirse a restricciones de riego ante la escasez de agua y abrir la tajadera cada tres semanas en lugar de cada dos, como es lo habitual.

“Hoy dan lluvia” lleva varios días en boca de los bajoaragoneses, pero finalmente caen cuatro gotas contadas y la situación “está al borde de entrar en emergencia” en las partes alta y media del río Guadalope, según el informe más reciente de la Confederación Hidrográfica del Ebro, entidad que se reúne este martes con los regantes en comisión ordinaria para decidir cómo se desembalsa.

El presidente de la Junta Central de Usuarios del Río Guadalope, José Fernando Murria, acudirá a la reunión con una petición: que los regantes puedan aprovechar el agua de la presa del Cañón del embalse de Santolea. Esta presa es la última construida (2022) y actualmente se encuentra en puesta en carga, un proceso que dura años y que consiste en llenar y vaciar la presa a distintos niveles de cara a prepararla para su uso.

La próxima previsión de llenado es para octubre, a lo que seguirá un vaciado. Para el presidente de los usuarios del Guadalope debería aprovecharse el agua que ya se ha almacenado en esta parte para regar, al margen de que luego continúe, aunque se demore, la puesta en carga.

“Por debajo de los valores normales para este tiempo” se encuentran los embalses de Santolea, Calanda y Caspe, según los datos de la CHE, que registran el embalse del Cañón de Santolea al 9,4% de su capacidad, el del Puente de Santolea al 50% y el pantano de Calanda al 26,2%.

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