Protestas, guitarra en mano, contra la “minería salvaje” en el Bajo Aragón

La Plataforma de Afectados por la Minería en Teruel llevó a cabo el pasado sábado en Cuevas de Cañart una “jornada de protesta contra la minería destructiva”, que denuncian, “se está llevando a cabo en muchos puntos de la provincia de Teruel”.

Los participantes conocieron la actividad minera en Seno, donde, explican, “la actividad minera ha transformado en paisaje lunar varias hectáreas de terreno de cultivo y monte”.

También visitaron un proyecto minero en Molinos y Las Cuevas de Cañart, que, indican, “pretende hacer lo mismo en una superficie de 25 cuadrículas mineras, afectando a acuíferos y a otros recursos culturales y agrarios”.

Las visitas contaron con las explicaciones de un agricultor sobre las consecuencias que las “explotaciones salvajes” tienen en la agricultura, la especulación sobre los precios de los terrenos, expropiaciones y actuación de las empresas mineras en la no restitución de los terrenos afectados.

También participó la arqueóloga Montserrat Martínez, exponiendo que las últimas concesiones de explotación minera en Alcorisa ponen en peligro el conjunto de hornos análogos a los de Foz Calanda y la Masía del Pino.

La plataforma advierte de que una de las minas “está a tan sólo unos pocos metros de las tumbas medievales excavadas en la roca”.

En el lugar denominado pozo Pallares, los asistentes pudieron observar todo el valle denominado “Cardil” situado justo encima del nacimiento de agua de San Juan de Las Cuevas de Cañart, incluído dentro de las cuadrículas de una mina. Allí Javier Díaz, miembro del Centro de Estudios Masinos, habló de los límites de la RED NATURA 2000, de la indefensión de los territorios despoblados frente a grandes proyectos de aerogeneradores, líneas de alta tensión y minería extensiva y citó el proyecto “Estas arcillas viejas”, presentado en las Jornadas Europeas de Patrimonio 2023, que afecta a cinco pueblos, entre ellos Las Cuevas de Cañart y resaltó la importancia de la implicación de la sociedad en la defensa del patrimonio natural, histórico, arqueológico y paisajístico.

La jornada concluyó con la lectura de un manifiesto en “en defensa de la integridad de nuestros pueblos, de la unión de los mismos frente a administraciones y empresas que no escuchan la opinión de quienes aquí vivimos, en defensa del respeto por la tierra que nos da la vida y en la que vivimos”.

Enrique Sacristán, autor de la canción “Mi pueblo no se vende, se defiende”, la interpretó con su guitarra.

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