Opiniones

Cigüeñas

De pequeño, cuando iba a Zaragoza, me llamaba la atención que las iglesias de los pueblos de la ribera del Ebro por los que pasaba el autobús estuvieran llenos de nidos de cigüeñas mientras que en Alcañiz no había ninguno. Pero una primavera, las cigüeñas nos visitaron estableciéndose en el campanario del Carmen. Durante un tiempo, emigraban en otoño hacia parajes y orajes más benignos y retornaban puntuales para el 3 de febrero, fiesta de san Blas, pues como dice el refrán: “Por san Blas, las cigüeñas verás; y si no las ves, mala cosa es”. Pero un año, las cigüeñas vinieron y ya no se marcharon; se quedaron aquí de forma permanente. Los inviernos, cada vez, son menos fríos. El cambio climático no es una falacia. El clima está cambiando desde que la Tierra es Tierra.

No sé si con la rebaja de contenidos en la enseñanza, se estudian todavía las glaciaciones y los periodos interglaciares. Países como China, Estados Unidos e India, los más industrializados y poblados, aumentan, persistentemente y sin ánimo de corregirse, sus emisiones de dióxido de carbono mientras Europa impone medidas anticontaminantes que, como siempre, exigen sacrificios y apretarse el cinturón a los de abajo. Es lo que ha decidido la Agenda 2030 y, por ende, los políticos que hemos elegido. En casi todos los partidos, llevan el distintivo con el círculo multicolor.

Tras este inciso climático, retomo el tema de las cigüeñas que han decidido no migrar y vivir todo el año entre nosotros. Quizá por el efecto llamada, la presencia de estas aves se ha multiplicado de manera extraordinaria extendiendo sus asentamientos a las torres y tejados de la excolegiata y otros lugares de la ciudad. Resulta muy bucólico e idílico contemplar su vuelo majestuoso por los cielos alcañizanos y sus esbeltas siluetas sobre la fachada de la iglesia y escuchar su crotorar pero, igualmente, sus excrementos ensucian los alrededores del templo y, con el peso de los nidos, suponen un peligro para las techumbres y para los transeúntes.

¿Cómo poner remedio a este problema? En Alfaro han encontrado la solución. Esta localidad de La Rioja acoge la mayor colonia de cigüeñas del mundo, unos 400 ejemplares con sus nidos, sobre un mismo edificio, la colegiata de San Miguel. Del inconveniente han sabido hacer virtud y lo explotan turísticamente sin dañar el ecosistema ni el monumento tras tomar las medidas pertinentes.

En Alcañiz, de momento, no llegamos a tal cantidad de zancudas pero vamos en camino. ¿Por qué no seguir el ejemplo de Alfaro? Sería otro reclamo para darnos a conocer y atraer visitantes.

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Respeto 15/01/2025
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