Ya estamos en la quinta ola. Qué poco dura la alegría en casa del pobre. No habían pasado ni dos semanas del levantamiento de las restricciones cuando los contagios de covid-19 volvieron a dispararse por la inconsciencia de unos y otros y no solo de los jóvenes, también de gente mayor que piensa erróneamente que, por estar vacunada, ya se encuentra inmunizada por completo y puede dejar de lado cualquier medida de prevención y protección. Los vacunados contagian y se contagian. La ministra de Sanidad anunció con demasiado entusiasmo que, a partir del 26 de junio, las mascarillas ya no serían obligatorias en el exterior y que dejarían paso a las sonrisas. La historia se repite. Recordemos a Sánchez –que, en un “lapsus” ha retrasado cuatro meses la vacunación del 70% de la población- proclamando hace un año, el fin de la pandemia y la derrota del virus.
¿Por qué no están callados? Es hablar y subir el pan y la incidencia del coronavirus. Parecen gafes. Y nuestro experto en pandemias sigue con sus aciertos. En abril, predijo que la mutación inglesa sería marginal. Se convirtió en dominante. Lo mismo ha pasado con la variante india o Delta. Predicción de Simón, sucede lo contrario. Referirse a las cepas del covid por sus países de origen estigmatiza a estos, por lo que la OMS ha decidido nombrarlas por las letras del alfabeto griego. Así, la variante británica se denomina Alfa, la sudafricana, Beta, la brasileña, Gamma y la india, Delta.
La movilidad y el contacto de personas son las principales causas de la difusión del virus. Por eso nos confinaron. Pero el Gobierno se ha negado repetidamente a establecer controles en los aeropuertos para evitar la llegada de infectados por las diversas mutaciones cada vez más contagiosas. La delegada del Gobierno en la Comunidad de Madrid rechazó que Barajas sea un coladero afirmando que el “virus se mueve por el aire” y que ha entrado “por todas partes”. Como las semillas alienígenas de la novela de Jack Finney Los invasores de cuerpos, adaptada en varias películas. Ahora, el Gobierno rectifica y ha impuesto cuarentena a los viajeros procedentes de varios de países.
Ante el avance de la quinta ola, las autoridades autonómicas se han visto obligadas a recuperar las restricciones entrando en conflicto con las resoluciones judiciales que se contradicen de unas comunidades a otras. Lo que es legal en una no lo es en la de al lado.
Todo una incoherencia y un desbarajuste. Pero una ley única para toda España que refuerce el poder del Estado puede molestar a algunos socios del Gobierno. Quien manda, manda.