Opiniones

Mamotretos

Hace unas semanas, la nueva secretaria de Estado para la Agenda 2030, Lilith Verstrynge, calificó al Santiago Bernabéu de “mamotreto dentro de la ciudad”. El estadio del Real Madrid, inaugurado en 1947, tiene la excusa de que se construyó en un descampado de las afueras de la urbe. En Alcañiz, disponemos de un buen repertorio de mamotretos que chirrían con el entorno.

Para muestra, no un botón sino la mole, a mi parecer incalificable, de la plaza de España. Somos muchos los que creemos que no se optó por el proyecto más adecuado. Pero este no es el único estropicio estético de nuestro pueblo. En la misma plaza, entre la fachada renacentista de la casa consistorial y la torre mudéjar de escolapios, se asoma la mancha marrón y roja del antiguo casino. En los años 60 y 70, estas disonancias arquitectónicas se consideraban una muestra de modernidad, como el bloque de la calle Lacueva. Hoy desentonan como a un santo dos pistolas.

El principal problema de los cascos antiguos de todas las ciudades ha sido y es el sucesivo abandono de la población con su consiguiente deterioro. Basta pasearse por las calles que dan al muro de Santiago y al de Santa María, lo que se llamaba la ciudad, con una gran cantidad de solares vacíos. La vida comercial se trasladó de las calles Mayor y Alejandre a la calle Blasco y a la avenida de Aragón; al mismo tiempo, la gente abandonó las casas unifamiliares para irse a vivir a la comodidad de los pisos donde no tenían que subir y bajar escaleras. Ahora, se han vuelto a poner en boga los chalets adosados y los dúplex. Cuestión de modas.

Una de las tareas de los Ayuntamientos, incluido el de Alcañiz, es la recuperación de los cascos antiguos. El nuestro está descuidado desde hace muchos años bajo consistorios de distinto signo. Se restauran casas antiguas y se construyen otras nuevas. Sin embargo, en la rehabilitación de estas zonas se está dando una de cal y otra de arena. Por una parte, se propicia sacar la piedra en los muros y, por otra, se permiten edificios muy modernos que rompen por completo la sintonía del conjunto. Discordancias más o menos estridentes las encontramos en la plaza Mendizábal y en las calles Caldereros e Infanzonía, que cuentan ya algunos años; otros ejemplos en construcción los tenemos en la calle Padre Vidal y plaza de San Francisco. En la mayoría de pueblos y ciudades, las edificaciones de los cascos antiguos guardan una cierta unidad de estilo, lo que contribuye a realzarlos estéticamente. Pero doctores tiene la Iglesia y técnicos, el Ayuntamiento. Servidor se limita a opinar.

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Respeto 15/01/2025
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