Nos quejamos de vicio. Tenemos un Gobierno que no nos merecemos. Ha acabado con la pobreza energética, aquella que causaba muertes cuando, con Rajoy, la electricidad subía un 8 %. Ahora, el recibo de la luz se ha desbocado alcanzando máximos históricos, lo mismo que el gas, pero, como decía el caspolino Manolo Royo en el mítico Un, dos, tres, “no pasa nada”. Parece no importarle a nadie. La gente permanece calladita y en casa, los medios de comunicación hacen chistes y canciones y dan consejos sobre a qué hora poner la lavadora y los sindicatos, colocados de perfil, alegan que manifestarse en contra, en estos momentos, sería una irresponsabilidad porque “aún estamos en pandemia”.
¿Efecto de las subvenciones? Y si sirve para frenar el cambio climático y salvar el planeta, bienvenida sea la subida.
El Gobierno también va a terminar con el fracaso escolar. España es el segundo país de la Unión Europea, solo por detrás de Malta, con el mayor índice de abandono escolar y el primero de la OCDE en número de repetidores. Pero el repetir se va a acabar. Se eliminarán los exámenes de recuperación y se pasará, automáticamente, de curso sin importar la cantidad de suspensos, como ya sucedía al implantarse la LOGSE. ¿Para qué, pues, estudiar si fulanito o menganita, sin dar un palo al agua, van a promocionar igual? Sin repeticiones, no habrá fracaso escolar ni traumas en los alumnos por no aprobar. Se podrá obtener un título aunque se sea analfabeto o su formación sea mínima. Y si se llega a la Universidad, al no hacer falta estudiar ni estar penado el copiar en los exámenes de la persona de al lado… Algún ministro o ex portavoz parlamentaria tendrán la oportunidad de sacarse una carrera. Como se les ocurra erradicar la delincuencia por el mismo sistema, estamos aviados. Si derogan el Código Penal ya no existirán delitos y, consecuentemente, tampoco delincuentes ni serán precisas las cárceles.
Por último, Sánchez presume de que se ha vacunado a todo el mundo sin preguntar a quién ha votado. Pensaba que el presidente lo es de todos los españoles y no solo de quienes han votado a los partidos que le mantiene en el poder. Cuando pagamos impuestos, tampoco nos preguntan a dónde ha ido nuestro voto. Por cierto, el desaparecido Fernando Simón ha pronosticado que, a finales del año próximo, ya no habrá coronavirus. Dado el grado de acierto en sus vaticinios, no sé si deberíamos echarnos a temblar.