Opiniones

Complejidades

No hay soluciones simples para problemas complejos, dicen. Pero todas las soluciones son simples para quienes están capacitados para realizarlas. Un móvil es algo muy complejo, sin duda, pero hay personas que saben fabricarlos, y que funcionen en sus numerosas prestaciones. Hasta quienes forman parte de la cadena de fabricación y montaje son en su inmensa mayoría personas con conocimientos muy reducidos, limitados a una parte del proceso. Sí, cada una de estas personas no sabe construir un móvil completo. Pero algunas otras, sí. Y para estas construir un móvil fiable, no es complejo, como para poderlo construir con facilidad para cada una de ellas. A la sin duda compleja realidad socioeconómica, premios Nobel en economía la llamaron la mano invisible, como expresión de que no podían describirla y menos hacerla sentido común conocido en detalle, pero intuían algo que utilizaban para tomar decisiones. Por ejemplo, las empresas montarán sus instalaciones fabriles dónde los costes sean más bajos. En lugares más próximos a vías de comunicación que reduzcan esos costes de transporte al menos. Parece indudable. Pero no es así. Hay empresas por todas partes, afortunadamente, en principio. En la actualidad, la distribución de los alimentos, y de cualquier otro producto, se describe con términos micro y macroeconómicos: inflación, tipos de interés, deuda pública, impuestos, inmigración, cotizaciones en bolsa... que en realidad son jergas de parásitos que no aportan nada, ni esa supuesta organización que hace que se optimicen producciones, que si quedaran en manos de currantes, no se lograrían. En algún momento, alguien hizo por templar la mano invisible, pero luego, los posteriores se acoplaron sin saber, y terminaron por concluir cosas como eso de que hay que cambiar para que nada cambie, que no es más que despistar a quienes verdaderamente se acercan a conocer complejidades, para abordar con éxito cambios imprevistos, porque ello tiende a reducir ineficiencias, que curiosamente suponen la mayoría de la población, que por ello accede al poder despótico, por vía democrática, la de las mayorías. Nadie de los actuales gobiernos, nacionales ni europeo, está capacitado para responder a las demandas de las circunstancias que imponen restricciones, recortes y escaseces, que resquebrajan la mano invisible en la que languidecieron las autoridades que nada más tenían que ocupar colocaciones, y dejarse llevar, sin cambiar nada. Y lo más alarmante es que ya ni aparentan lo contrario, y sin rubor, dicen que son populismos las soluciones ciertas a las realidades, que ellos no quieren o no pueden entender y aceptar, mayormente porque reclaman su desaparición como privilegiados endiosados vaciados, como el mago de Oz. Sí, las crisis que merman los productos a distribuir, no se solucionan con términos micro y macroeconómicos, cuando hay quienes hablan de intercambios físicos, con una justicia y solidaridad, que revela los tres poderes, tal y cómo han llegado a degenerar, como superados y obsoletos. Y que la mayoría de una población para ser resiliente, ha de dedicar gran parte de su vida a fabricar lo que consume, en vez de esclavizar a quienes lo hacen, precipitándose a todo tipo de maquinaciones e intrigas tiránicas, que no pierden su crueldad por haber obtenido más votos, de tanto en cuanto, sus titulares.

Otros artículos de opinión

Respeto
Respeto 15/01/2025
Image