Los síntomas, indicios, signos externos, resultados de análisis de partes internas. Todo ello conforma una multiplicidad de factores. Y tratar de reducirlo a un diagnóstico, con una sola palabra, o una breve descripción, entraña una cantidad de errores, que pueden desembocar en daños irreparables, cuando no, fatales. Por ejemplo diagnosticar esquizofrenia, psicosis, neurosis, pasividad agresiva, etc., supone resumir algunas características detectadas (o percibidas, incluso subjetivamente), atribuir, e ignorar otros factores, a veces por haraganería, pereza, intereses espurios creados, u otras desviaciones de la identificación inequívoca y la intervención imparcial, objetiva, en razón de la materia, y no de intereses creados, influencias y proyección de futuro próspero, encadenado a la lealtad por encubrimientos mutuos. Esta concatenación de ocurrencias, hace que leyes en favor de robar, incluido la vida, como la de la eutanasia, el aborto, el divorcio contencioso, den cabida, junto a cuidados paliativos, decidir libremente sobre el propio cuerpo, y otras, encomiables, por lo que tienen de no robar ni agredir a nadie (y divorciarse restringiendo la relación paterno filial, o abortar por gusto, suponen robar, incluido la vida) aquellas otras que suponen, en efecto, argucias de matasanos, y crímenes ejecutados por colocados en juzgados. "Aquí tienen la documentación que prueba que la finada solicitó la eutanasia" Y era toda falsificada. "Y el testimonio de sus deudos".
Todas codiciosas embaucadas. Y a ver si eran deudos o impostoras. Ay señor, llévales pronto, a los legisladores de la eutanasia.