Nada tiene de especial, un padre de la mano de su hija, o dos entes compartiendo amor, mientras no roben a terceros para pagar sus complicidades. El ave fénix puede renacer de sus cenizas, pero está visto que no puede dejar de ser el mismo pájaro. Todos sabemos que el ser humano ha creado: inspectores, auditorías, departamentos de asuntos internos, vigilantes jurados, cámaras de seguridad, sistemas de espionaje militares, absolutamente legales, y existen porque la tentación de la apropiación indebida, o no se puede erradicar, o se fomenta entre quienes no sabrían decir NO, para así justificar colocaciones para bregar con los infractores. Nada tiene de censurable que un representante de la ciudadanía, o varios, capacitados, o asistidos por interventores cualificados, vigilen la totalidad de los ingresos y la totalidad de los gastos, no la mitad, ni cualquier tipo de parte. Censurar eso, es evidenciar que se pretende obrar a escondidas. Y eso no es de servidores públicos guiados por el interés general, al menos, sujetos a la Constitución por el artículo contra la discriminación, y otros que disuadan de cometerlas. Qué tiempos en que se oía: “estamos aquí de paso” y eso que disfrutan de excedencias, que muy mal se tiene que dar para que les
apliquen despido improcedente, como a veces dicta alguna gerencia de servicio de salud.

Esta prórroga para la elección de presidente, tal vez pretenda destruir pruebas y evitar que las encuentren terceros no enfangados, que contra pronóstico han llegado a dónde no debían de llegar. Eso dicen los miembros del Partido Riojano en Tricio, donde se han coaligado el PSOE y el PP, para gobernar. Y si las políticas activas de empleo están transferidas a las Comunidades Autónomas, y la competencia estatal está muy mermada, razón de más para concederlas para tener presidente. Mientras tanto, proclamas de unidad, por quienes crean más esclavos y mujeres maltratadas por mujeres, que en Georgia antes de la abolición. Veo 12 años de esclavitud, y me veo en la mujer a la que le han robado sus dos hijos pequeños, uno para ser objeto de pederastia. Y me veo como Solomon, a quien nadie esclavista cree que sea quien dice ser. Y encima le pegan una paliza de muerte por no reconocer que es un esclavo huido de Georgia, pidiéndole papeles que prueben su verdadera identidad, que aunque los hubiera tenido, se los habrían robado y destruido. Y veo paralelismos entre ese esclavismo que creaba tantas colocaciones sin escrúpulos, y el divorcio para robar hijos y patrimonio, y obligando a la intermediación de abogados y procuradores, entre los que hay más ladrones y aprovechados, que comerciantes de esclavos. Eso sí, muy relacionados, con influencias… y trapos sucios comunes hasta las cejas.