Opiniones

Los pilares de la tierra

Evitar la “violencia de género” sin disuadir de robar, es cómo pretender curar una enfermedad con cubalibres, tal y cómo llegarían a pensar médicos metidos a políticos.

Las parejas que han llegado a disfrutar de lo bueno que está en el mercado, sin presión ninguna, concluían que si las retiraban, mucho mejor que trabajar, en lo que habían comprobado de más y de sobra, que era tóxico, penoso y peligroso, y que eso de realizarse trabajando y otras flores, no tardaban en marchitarse.

Si procuráis que los integrantes de la ciudadanía, sean mal educados y corrompidos en sus costumbres desde la niñez, para colocar a muchos de castigadores de inocentes, cuando
sean adultos, cometiendo delitos que ya desde su infancia se preveía tendrían lugar, ¿qué otra cosa hacéis más que engendrar maltratadores de quienes les aventajen en educación o
les descubran en su corrupción? Basta con que se sientan encubiertos.

Es todavía común el aceptar colocación, sin saber de dónde provienen los fondos, que pagan las nóminas y nutren los presupuestos, que remuneran las colaboraciones y gastos varios.

Del mismo modo que se dan cursos y conferencias, que no habilitan más que para beber del flujo de dinero, que reciben y distribuyen las administraciones públicas.

Producción de bienes y servicios, para nada, que ya producen otros.

Y en este estado de la idiosincrasia, no es extraño que se ponga el grito en el cielo por el gobierno, el número de huérfanos por desestructuración de familias, cuantificándolos en
treinta, como si fueran trescientos, cuando cada vez que les priva de padre, huérfanas son, con el agravante de quedar custodiadas entre vagos, maleantes y ladrones.

Que no hay que caer en antagonismos, cuyo origen primigenio, está en el: tonto; tonto tú, soy un espejo, soy tu reflejo. Está muy bien la estructura de roles y puestos, sean estorbos,
malvadas o generadores de bienes y servicios. A lo que hay que dirigir esfuerzos y capacidad planificadora, es a que cada puesto sea ocupado por muchos, y por tanto cada persona dedique parte de su vida a diferentes quehaceres, sean estorbos o útiles. Así se minimizarán las lacras, que en su mayor parte surgen de atreverse a robar, embaucar, manipular, malmeter y tergiversar. Y es que el cinismo está alcanzando cotas apocalípticas.

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Respeto 15/01/2025
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