Si algo es previsible en quienes no producen excedente para sus compatriotas, tienen capacidad de robar y desgraciar con iniciativas tramposas, y no tienen ni idea de fabricar nada, es que si se topan con algo que les supera y no pueden joderlo, o se unirán al enemigo o sacrificarán a otros, mientras se amagan en la retaguardia. Y una vez que se enteran de que, por ejemplo, que quien tenga un cuerpo capaz de combatir al coronavirus, le sobrevivirá, pero quien sea vulnerable, sólo le salvará lo que aniquile a los bichos, impidiéndoles entrar en su organismo, o fulminándolos dentro, sin deteriorar gravemente su vida, cuestión esta harto improbable con la famacopea y las vacunas actuales, divulgará de todo menos esto. Se entregarán a saber en qué grupo están, y si es en el de los "débiles", no les guiarán más iniciativas que disponer del remedio. Si no lo hay, financiar y colocar a quienes pudieran conseguirlo, y proporcionárselo a sus empleadores, y no callárselo, para entregarlo a mejor postor, o por puro ajuste de cuentas. Y los demás que no se enteren, sobre todo si son enemigos, que no hay para to quisqui. Por lo tanto, todo lo que es de conocimiento generalizado, podemos asegurar, que son maniobras de distracción, u ofrendas a las bestias (no King Kong, sino seres microscópicos), frente a las que no cabe resistencia solidaria y en unidad, sino víctimas propiciatorias que calmen su voracidad, y dejen vivir a los demás, confiando en que se vean hartas. (¿Quién es la dueña de esta pocilga?. Harry, el sucio.)
Análisis, antítesis, síntesis
No todas las personas tienen los mismos componentes en su anatomía. Pregunten a cirujanas y se lo confirmarán.
Las características de la anatomía de cada persona particular, depende de su trayectoria vital, lo que ha hecho y dejado de hacer, cómo y cuándo, incluido su alimentación, medicaciones, tratamientos, extirpaciones, implantes, en un entorno o varios, y dependiendo de en que orden y por cuánto tiempo en cada uno.
Por lo tanto habrá personas, cuyo organismo puede sobrevivir al ataque de determinados virus u otros organismos, y otros no, debido a su trayectoria vital e historial referido a su salud, o sea el funcionamiento de sus órganos y partes.
Es coherente que haya personas que viven sin virus, de modo que si se los inyectan, por debilitados o troceados que estén, pero vivos, las pueden estar matando. Del mismo modo, otras sobrevivirán a vacunas, y manadas de virus enteras, sin descartarse que hasta una cantidad, por encima de la cual, el desenlace de la batalla resulte incierto, o sea, habra daños parciales, recuperables o no, en tejidos vitales o no; es posible que la experiencia fortalezca a unas partes u otras, con lo que si son los virus, las vacunas serían estimulantes de mayor capacidad destructiva de los virus, y no sparrings para procurar al sistema inmunitario y su equipo, la fortaleza para tumbar aspirantes, que de otro modo resultarían letales.
Las mascarillas son una barrera, pero que no aventaja a un pasamontañas, una bufanda, una careta de cartón o cualquier otro obstáculo, a lo que se presupone que se mueve en línea recta en el aire y no camina por superficie ninguna. Alguién lo expele, y cae en una boca o nariz, y el tragar o aspirar, les introduce más adentro.
Cualquiera puede ver mascarillas colocadas por debajo de la nariz, hasta por debajo de la boca, sobre la barbilla. Mascarillas sucias, que evidencian que se usan muchísimo más de esos periodos de eficacia que indican. Mascarillas que se pueden lavar en la lavadora junto a otras prendas, con suciedades o residuos varios, como si son pesticidas, o cualquier sustancia tóxica, química o biológica, y con cualquier detergente y en cantidades varias, hasta 110 veces a menos de 60 grados.
Nada se indica de otros orificios corporales. Es sabido que los oídos están comunicados con las fosas nasales y la garganta, luego si boca y nariz son conductos de introducción, los oídos, también por estar intercomunicados. Pero las mascarillas no cubren los oídos, ni los ojos, ni heridas abiertas en cualquier parte del cuerpo. Qué decir de los orificios de abajo, o de que la piel absorbe también sustancias inertes, con lo que organismos con movilidad mucho más.
A quienes tiran por que los políticos, como autoridades que publican en los boletines oficiales de organismos públicos, lo que el resto tiene que hacer o dejar de hacer, sean las primeras en vacunarse, indicarles que ya pueden ver la imagen o video en el que les pinchan, que no podrían saber, qué se les está inyectando, que perfectamente podría ser un placebo, o suero fisiológico o cualquier sustancia inerte y hasta nada, como en las películas, que no hay pinchazo, aunque lo parezca. Y por contra, cuando se pongan en manos del sanitario, tampoco sabrán qué les están inoculando, que bien podría ser algo, que a usted particularmente, le va a matar, y no por su condición anatómica, sino porque le tienen ganas los genocidas que alargan sus tentáculos hasta colocadas sin el más mínimo juramento hipocrático, sin descartar rellenado de frasquitos, como se rellenan botellas de licores caros, con metralla de garrafón, alucinógenos o venenos. Y si le parece paranoica la consideración, ya sabrá que se buscan sanitarios para inyectar la vacuna, exclusivamente. Que no hace más que evidenciar, que si empiezan a morir vacunados, muchos culparán a las autoras materiales, a quienes han visto e identifican. Sin la más mínima prudencia como para asegurarse de quien está en el origen de vacunas que no son lo que dicen que son, salva vidas, y si mata sanos.
Nadie se pondría una vacuna contra el SIDA, causado por un tipo de virus. Supondría inocular la muerte. Así lo han divulgado.
Ya sabrán que el dengue, enfermedad causada por un tipo de virus transmitido por una variedad de mosquito, no tiene posibilidad de vacuna, y que la única manera de evitar la enfermedad es extinguir a los mosquitos en cuestión.
Y la pena de muerte no se abolió porque no hubiera quienes la merecieran, sino porque quienes la merecían eran quienes la promulgaban. Como la guillotina, por ejemplo. Pues las formas de robar y secuestrar como el divorcio, han de seguir el mismo camino.
A la frase de opositores políticos: "El líder político X (en el gobierno), antepone el interés partidista al interés general". Mal, muy mal. El interés más elevado y que todo miembro de una comunidad ha de proteger, es el interés de quienes no roban. Claro, hablando de políticos, antes funcionarios todos, el robar aparece de una manera u otra, más que menos, en su trayectoria de "reconocido prestigio"
Prometer y prometer hasta meter, y luego de metido, nada de lo prometido.
Dicho por una moza, es lo clásico. Los tipos son todos unos rijosos, pero a la vez son los que trabajan y reciben los sueldos, aparte de otras formas menos límpias de conseguirlos, y las mujeres aspiran a mangonear al mejor que puedan de ellos, a veces con la inquebrantable voluntad de ser buena esposa, o sea no robar, aunque sí disponer de lo ajeno, hasta creyendo firmemente que es su derecho administrar tales dineros, y otros patrimonios, si tiene inquietudes por aprender, o aprende más de la cuenta, a veces engatusada por timadores de su misma naturaleza parásita, que aprovechan la confianza o buena fe o el resabio, para llevarse las tajadas finalmente. O sea la hembra no tiene coitos por gusto, ni para desfogarse o aliviar una tensión hormonal no resuelta, las cópulas son el medio de conseguir pagano, a ser posible para siempre, no para un rato nada más. Con lo que a los machos no les queda otra que prometer el matrimonio, que ellas entienden como convertirse en usufructuarias perpétuas del patrimonio de él, para tener encuentros sexuales, pero ante tanta intención soterrada y traicionera, en la mayoría de los casos, dada la que consideran, infame condición femenina, lo que pretenden es aliviarse, pero para nada cargar con la que pillan, ya que si ellas son infames, ellos lo son igual, y se forma un escalafón de manera natural, de modo que la atractiva que engatusa con sus risas y coquetería, se pone exigente, y reclama muchos regalos antes de ofrecerse, y de sacrificarse. Y en ese meritaje, aparecen las que tienen menos atractivos corporales y hasta encantadores, también en distintos niveles, que van reduciendo las exigencias, hasta llegar a la que se pone ofrecida en carne y hueso, pero con la aviesa intención de atrapar al futuro pagano progenitor de lo que engendre. Antes la decencia suponía matrimonio por embarazo. Ahora se estila más acudir a los juzgados a reclamar pensiones y custodia. Lo que sin duda es el origen de criaturas con muchas carencias y todo lo que una fea resentida y embrutecida pueda contagiar. A este personal nunca se le ocurría que un embarazo es mancomunado, y que no se roba hijos ni patrimonio, no se estorba la crianza del padre, y se aporta lo que ella pueda buenamente, que como tenía poco de buena, y mucho de cansina histórica que pone buena cara para engañar, pero el 99% de su repertorio, es chusco, violento y cargante a más no poder, con lo que eso de aportar y no estorbar, en este personal es un imposible. Ya no digamos no concitar a ladrones, y no molestar. Eso a quien tiene poco que aportar, y no quiere de la igualdad, más que lo que conduzca a mangonear y robar esgrimiendo lo que haiga de feminismo y toda suerte de serpientes que se ofrecen a colaborar en los saqueos, le suena a chino, y pasa de ello.
Pero veamos cómo quedaría dicho por un macho con empleo y dinero como para mantener a una familia, ya no digamos grande, que también puede haber casos. En este caso el contenido apunta a que la chica promete que haya cópulas, que luego no va a cumplir, con lo que el "una vez metido" se refiere más a metido en el casamiento e incluso el primer y único descendiente, se acabó el meter, y empieza el tormento, de gastar la señora lo que no ingresa, en plan dictatorial y macarra.
El caso de que una mujer sea la que tiene ingresos y patrimonio como para mantener una familia, la que necesite desfogarse con habitualidad y sean los machos los que aspiren a administrar el patrimonio de ella, dándole sexo racionado y luego tormento constante, nunca ha alcanzado la igualdad hombre mujer. Ni está, ni se la espera.
La combinatoria puede crear una numerosa y cambiante casuística, más absurda cada vez, pero las posibilidades existen y se materializan.
Con lo que, antes de meter, parece adecuado realizar una prevención de riesgos originados por la procreación, que no se robe progenie ni patrimonio, y respeto al máximo como a cualquier persona, sino más. A modo de referencia, cuando la cabeza ladrona empieza a buscar acomodo para sus cleptómanas y criminales pretensiones, procede poner de manifiesto: Estate con quien quieras, pero no se roba, ni se da mala vida, o sea peor que la otra persona llevaría sin malas compañías, o la tuya misma.
¡¡¡HIJOS DE PUTA!!! gritaba desbordado por la impotencia, un fornido hombre, tras el atentado al cuartel de la guardia civil de Zaragoza el 11 de diciembre de 1987, en el que entre otras personas, arrebataron la vida a cinco niñas. Claro que no gritaba, ni desearía extrangular con sus propias manos a quienes pusieron las bombas, sino a quienes reventaron previamente la familia de quienes vivían sin robar ni atentar contra nadie, y si entregados a trabajar honradamente y ser capaces de aportar todo lo posible, con amor por el estudio, en vez de aversión, con filantropía en vez de enfrentándose con nadie, y con ganas de hacer y construir, no aprovecharse de los esfuerzos y sacrificios ajenos. Lo mismo que nadie decente tiene que reprochar el uso de la fuerza o la violencia de la policía con quienes han delinquido previamente, ni a las bombas que usan los ejércitos contra quienes las usaron primero. Y que cómo cualquier guardia civil que honre su uniforme, se sentirá impelido a detener a ladrones, secuestradoras y delincuentes protagonistas de cualquier abuso, para que en su sufrimiento, no terminen por portarse como se portaron con sus hijas, esposas, madres y todos sus seres queridos que no roban ni ponen bombas. Desearía descuartizar a quienes roban hijas, o son cómplices, colaboradores necesarios, autores materiales, encubridores, instigadores, beneficiarios, muchos de ellas, autoridades que se corrompen con facilidad, si es que no llegan sin la menor intención de servir y proteger a quienes no roban, ya no digamos si seducen con su paga y capacidad de abuso de autoridad a la mujer ávida de protagonizar el robo de hijas, a quienes no las roban a nadie (y hasta colaboran en que nadie las robe ni agreda, y que se creen oportunidades como para que robar sea inimaginable y vomitivo), y el robo de patrimonio, a quienes no roban a nadie, nada, al contrario, son honrados trabajadores, motivados para aportar todo lo que son capaces de hacer con formación, experiencia y deseo de construir un futuro mejor para al menos una persona honrada, sin perjudicar a ninguna que no esté robando. El progreso, vaya.
Pudiera parecer que no gritará ni deseará arrancar la cabeza a quienes robaron hijas, no hicieron nada para evitarlo, incluso se carcajearon de los robos durante años del fruto de la emigración del forastero, al que no acompañó su señora, y sólo deseaba su dinero, y que no volviera jamás, además de convertir a sus hijas en parricidas. Y que a causa de esas atrocidades, evolucionó a tratar como le trataron. Realmente esos HIJOS DE PUTA, a quienes inculpaba el fortachón, no eran los que pusieron las bombas, eran los que robaron hijas y patrimonio, y entre ellos estaban quienes tenían que evitarlo, guiados por todo por la patria (la tierra de los padres, de los padres a quienes no se roba, sino que se venera y se honra, no robando)
Si las hijas robadas muestran fracaso escolar, como prueba de las discapacitaciones que les impide conseguir el desarrollo de capacidades, al menos como el mayor conseguido por sus padres, y ni maestras ni profesores, ni nadie del entorno ha podido contribuir a conseguirlo, la conclusión que se saca es que la población subdesarrolla a su hijas e hijos, y no son capaces de horrorizarse por ello, y sí perpetuar costumbres e inercias de ladrones genocidas, consecuencia de la torpeza y descaro violento imperantes.
Trump es la punta de un iceberg de homófobos, xenófobos, racistas, machistas, clasistas, abusadores, fascistas, heteropatriarcales.
En una democracia, de un país en el que la mayoría sean ladrones, sus representantes no harán otra cosa que robar.
El objetivo no es la libertad, como palabra que no suscita retranca, el objetivo es que el periodismo contribuya a que nadie robe a nadie, porque del robar surgen el resto de los crímenes.
Ni duda ni esperanza construyen personas como las que cuidan de los niños, sean o no sus padres, y cuidan de todos aquellos que necesitan auxilio. Y confiadas se entregan a dar lo mejor de sí mismos, sin temor a que les roben holgazanes, porque no los hay, y con la satisfacción de aportar en favor de mejorar su entorno, hasta alcanzar el mundo y aún no descartar el universo. Y con la grandeza que permite confiar en que el saber que consiguen otras personas, como curar, está en buenas manos, del mismo modo que el quehacer de cada cual, lo ejerce con absoluta vocación y satisfacción por el deber cumplido.