Un poliedro es una forma geométrica en tres dimensiones, formada por polígonos iguales (figuras planas). Últimamente se oye mucho esta palabra en políticas, aludiendo a las distintas características de un todo, descuidando que en puridad, todas las caras en el poliedro son iguales. Juan Manuel de Prada, en su artículo "cambio climático y amos del cotarro" publicada en XLSemanal nº 1810 de 3 de julio de 2022, nos muestra que a culpar al cambio climático o a la guerra de Ucrania, de casi todo, subyace la implicación en la reducción drástica de la población, la sustituible por acólitos y súbditas, esa que acata como no puede ser de otro modo, rinde la obediencia debida a superioras, y omiten del deber de combatir robos y abusos violentos. Hace falta deshacerse de esa plaga maléfica que debe ser reducida, a ser posible sin mancharse las manos de sangre, y que se maten entre ellos. Se trata de que mueran otros para que unas amplíen su área de confort. Justo lo que enmascara la demanda de los gobernantes de Ucrania, armas para diezmar la población, que con patriotismo, darán su vida, para que el estado judío, mediante invasión sibilina, no esté constreñido en su actual territorio, y ocupe otros más vastos. En la economía moderna, con premios nobel entre sus integrantes, hace mucho que se instaló eso de que no se trata de cubrir necesidades, sino de crearlas. Lo que degenera hacia las adicciones tóxicas destructivas, que fulminan a esas gentes confiadas, que llevan mucho entregándose a fratricidios y conductas compulsivas, para ellas, previstas por sus dinamizadoras. Así el asunto de los pinchazos a mujeres en ambientes de fiesta, es tachado de coartar la libertad y su seguridad, de que expulsa de espacios de libertad, donde queremos estar, si en prevención se decide no ir dónde se han perpetrado ataques, y cabe deducir que van a seguir. Claro que estas mismas se muestran intimidadoras, amilanando, ignorando y ensañándose con aquellos a quienes secuestran familiares, saquean a capricho, efectivamente alentando a que los ladrones se multipliquen, y sus ataques. Se les expulsa de sus hogares, donde quieren estar aportando y no estorbando. Si las que roban y secuestran no saben contenerse, que no salgan, directamente.
Contra las agoreras catastrofistas, darles de su propio exterminio, antes de que celebren otro genocidio de gobernantes.