No me he cansado ni me cansaré de reconocer y valorar en su justa medida el papel que vienen desempeñando los Amigos de Iranzo, en su lucha porque que se haga justicia y se sepa la verdad. Es descorazonador comprobar como de algunas informaciones que se desprenden del sumario y de las investigaciones periodísticas en marcha, se deduce que todavía hay mucho por contar y por investigar. Demasiadas incógnitas sin resolver, y sospechas más que infundadas de una profunda desidia y falta de previsión.
Reparar el daño que se hizo aquel 14 de diciembre de 2017 será imposible, pero poco o nada ayuda la indolencia con la que las autoridades han tratado y están tratando este tema.
Ahora sabemos que Norbert Feher ha sido condenado a Cadena Perpetua por un tribunal italiano. Italia lo tomó siempre como un criminal y asesino muy peligroso, como un peligro público. Para desgracia nuestra durante meses esa alimaña vivió, robó y campó a sus anchas por el Bajo Martín y Andorra. Incluso disparó a vecinos indefensos sin que saltasen todas las alarmas. Ni el anterior subdelegado del Gobierno, ni el actual (de quien tanto se esperaba) han dado respuesta a todas las preguntas formuladas. Fueron 87 las que se dejaron (de nuevo) en la subdelegación el 13 de diciembre de 2018 y el silencio es como una losa sobre la conciencia de quien calla; también ahí está la promesa incumplida del anterior Secretario de Seguridad, José Antonio Nieto, hecha en sede parlamentaria, de dar toda la información a las familias.
Lo acontecido aquella fatídica tarde en Andorra constata la realidad de la “España Vaciada”, desprovista de servicios, de inversiones, desatendida por el Estado. El Estado negó a las gentes de Albalate y Andorra una respuesta acorde a la magnitud de la amenaza; y hoy, camino los 500 días desde que se cometió el crimen que acabó con la vida de José Luis, Víctor y Víctor Jesús, el desamparo aún es mayor. El pulso de familiares y amigos, se mantiene no obstante en todo lo alto, sin reblar ni desfallecer. Querer saber, conocer lo que aconteció antes y después es más que un derecho. La afrenta aún es mayor ante el silencio, ante la cerrazón y ante el paso de los días.
El domingo 31 Madrid se llenará de una marea de gentes venidas de las provincias despobladas y vaciadas de toda España. Clamaremos por nuestra dignidad, por nuestros derechos. Gritaremos que queremos elegir dónde vivir, y también que la falta de medios, la imprevisión, la desidia y los recortes en servicios básicos como la seguridad, no deberían de ser nunca causa para morir. Justicia, Dignidad y Memoria, esos son los principios que nos mueven y que nos hacen sumarnos a la causa de unos amigos y familiares que pelean sin descanso.
Apoyarles también es pues nuestra causa. SIEMPRE IRANZO, SIEMPRE VÍCTOR, SIEMPRE TOTE.