Y va Elías Bendodo, como otras autoridades a la contra, y lanza su fanfarrona filípica, contra Ángela Rodríguez, por frivolizar sobre liberar o reducir pena a condenados como violadores. Cientos, dirá Luis del Pino en es.radio, tras apuntar que son 160, matizar luego 180, hasta la fecha, que se sepa, que él sepa, en clara exageración. El tiempo ha jugado a su favor, ya que figuran ya 244 y subiendo. Claro que como ávidos de información, no descuidamos que condenados, no es lo mismo que autores materiales, ni cómplices, ni colaboradores necesarios, ni encubridores, ni alentadores, ni tolerantes, ni beneficiarios. Es más, la mayoría de las condenas recaen; con todo el peso de la ley (aquí poner la voz engolada -exageradamente grave o enfática- como el mago de Oz, aquel farsante); sobre inocentes de los cargos que se les imputan, a veces procedentes de denuncias de ladronas redomadas, naturalmente, falsas. "Vamos, buscad algo con lo que ir a por esos que han visto los crímenes que cometemos nosotros, y si no encontráis, lo inventáis" Con lo que, no es descartable, y sí muy probable, por encima del 50%, que los tratados como violadores, sean en realidad violados, sometidos a la fuerza, y no sólo sexualmente, que también, de forma continuada, reiterada y contumaz, si no especialmente en lo referido a patrimonio y descendencia, extensible al resto de seres queridos. O sea que la reincidencia está instalada en la parte demandante, denunciante o querellante, y no en quien reunió los medios y formación para acoger una posible descendencia, hasta preparados para asumir la infertilidad y hasta las malformaciones imprevisibles, sin que el aborto caprichoso sea una opción. Y oímos a otra parte carroñera, de asociación de jueces, fiscales, abogadas, psicólogas, letrados de la administración de justicia, o similares, que cuando consiguen que la mujer denuncie, no le garantizan campar a sus anchas, con dinero y patrimonio robado y por robar. Digo esto y no, vivir tranquilamente, porque lo que no consiguen, ni pretenden, es que la mujer les demuestre que no ha robado ni agredido, ni pretende robar ni agredir. Y que le han robado o agredido, descartando que ella iniciara las hostilidades, lo que convertiría posibles agresiones en defensa propia, tratándose de igualdad en el tipo de medidas para repelerlas. Y huyan de quienes hablan de aumentar recursos, ampliar plantillas, utilizar herramientas a disposición de las mujeres, incluso desmantelar el ministerio de igualdad y dedicar el presupuesto asignado a policías y otros intervinientes, porque no quieren erradicar las violaciones sexuales, porque para eso basta con educar en casa y donde obligan a ir a las personitas, que violar es repugnante e impropio de las personas, repetido y tratado con distintas historias, mil y una veces.