Volvimos de la playa pensando que en nada nos quitaríamos las chanclas y la manga corta y aún a finales de octubre andamos sin habernos puesto ningún día el abrigo.
Y es que el otoño ha venido calentito pero ya no solo climatológicamente hablando sino también por el tremendo duelo de series épicas que se han marcado dos de las plataformas de streaming más potentes: Amazon Prime y HBO.
Sí queridos lectores, hablo de LOS ANILLOS DEL PODER y LA CASA DEL DRAGÓN. Para los que no siguieron en su momento la saga cinematográfica basada en las novelas de Tolkien, ni la serie creada a partir de la obra de Martin, probablemente esto les sonara a chino.
Pero es innegable que las películas de EL SEÑOR DE LOS ANILLOS y la serie de JUEGO DE TRONOS marcaron una epoca y sus secuelas han protagonizado el duelo del otoño.
En este artículo aviso emito una opinión como siempre pero es que lo hago de un modo muy personal y que por lo tanto debe tomarse como tal. Además advierto contiene spoilers.
Vamos al lío. Amazon Prime llevaba tiempo hablando de la producción estratosférica de la serie más esperada del año. Dinero y pleitos varios con los herederos del escritor fueron los componentes a destacar del rodaje de una serie que empezó por la puerta grande y nos demostró que visualmente iba a ser una puñetera maravilla a lo largo de todos los episodios de la temporada. Hay planos que simplemente quitan el hipo, como las primeras escenas en
Numenor o la propia creación de Mordor. Son de matrícula de honor directamente. Pero claro lo visual acaba aburriendo y sino hay chicha ni guión consistente pues el enamoramiento cesa y llega la desazón. Y así me pasó a mí. Empecé entusiasmada con ganas de que llegaran los viernes porque admiraba mucho la calidad visual de la serie y me sentía expectante también por las diversas tramas que se iban abriendo pero al final sin una conexión decente en el guión pues… desencanto, esta es la palabra adecuada, puro desencanto con LOS ANILLOS DEL PODER.
Con LA CASA DEL DRAGÓN hice el camino justo al revés, empecé a verla cada lunes con reticencias, he de añadir que soy mas fan de Tolkien que de Martin, pero a medida que iban pasando las semanas fui dándome cuenta poco a poco de que las tramas se hilaban a la perfección, los personajes tenian mucha profundidad (eso he de confesar que siempre es un plus del sello HBO y en concreto de la propia saga de JUEGO DE TRONOS), y de que además el universo expandido de Poniente estaba perfectamente alineado con el que ya habíamos conocido previamente. El trabajo estaba hilvanado con cariño y el producto fue ganando con los minutos de temporada hasta llegar a los últimos dos capítulos que para mí han sido sencillamente sublimes.
Ahora toca esperar dos años para volver a disfrutar de ambas series, ya estamos avisados, pero la verdad es que los lunes volveran a ser lo que eran, lunes y punto y los viernes, bueno los viernes ahora ya no vamos a tener excusa para quedarnos debajo de la manta en el sofá.