Las listas de la compra, las listas electorales, el listín telefónico recordáis, la listas de éxitos de todo tipo (música, libros, cine…), la lista de amigos para invitar a una fiesta, la lista de boda,… hay miles de listas que conocemos en la vida pero hoy os voy a hablar de una de mis favoritas: las listas de canciones.
Quien me conoce bien sabe cuanto amo la música y como en nada en Alcañiz se va a vivir una nueva edición de Aragón Sonoro, un festival que además de poder disfrutarse de manera gratuita, muy de agradecer en los tiempos que corren, tiene un cartel muy interesante, he decidido hilar el tema a través del festival.
Me encanta hacer listas de música, habitualmente para disfrutarlas yo, pero a veces las monto para regalar. Empecé como buena adolescente de finales de los 80 con las cintas de cassette que grababa de la radio. Casi todas los sábados por la mañana en aquella interminable lista de los 40 principales (que por cierto aún sigue viva) y que nos hacía permanecer atentos a los jóvenes de la época a la sintonía. Aquellas primeras listas con finales de canción salpicados de anuncios me generan cierta nostalgia. Después vino el CD grabable con un salto de calidad importante en el producto definitivo obtenido. Obviamente yo tenía walkman, primero de cassette y luego de CD, por lo que era una jovencita pegada a unos cascos, que vivía absorta en mi mundo y en mi música. Vamos que la Max de Stranger Things podría ser perfectamente mi alter ego adolescente. Eso no ha cambiado mucho con los años porque sigo disfrutando siempre de la música y además ahora lo hago con esa aplicación maravillosa llamada Spotify que también me tortura con anuncios de vez en cuando, a ver cuando me paso a premium, jeje, pero con la que es súper sencillo hacer una lista en poco rato dado que se accede desde cualquier dispositivo y es muy intuitiva.
Cada lista puede tener un mensaje, una lista para tu mejor amigo a quien quieres descubrir material nuevo, una lista con canciones especiales de pareja, una lista para una fiesta, una lista para escuchar en la oficina con los compañeros de trabajo, o una lista para preparar un festival de música (soy de las que suelo ir con los deberes hechos en ese sentido)…
En definitiva cada lista es especial y yo disfruto tanto pensando qué canciones voy a meter en ella, como luego escuchando. Creo que en ellas transmito parte de lo que soy y lo que quiero que quien lo recibe capte de mi. Son una experiencia personal única y especial. Y es que la música como cualquier otra disciplina artística son sensaciones, vivencias y emociones. Por suerte es de las pocas cosas bonitas que nos quedan en este gris mundo que se nos está quedando con tanta desgracia, mala noticia y desastre natural.