Vaya por delante que no la conozco. Susana Mene, para quienes la conozcan menos, es concejala del Ayuntamiento de Alcañiz del PSOE. Es la concejala que se negó a respaldar la subida de los sueldos de sus compañeros de partido. A ella, como a mí, y a muchos más, le pareció un exceso chulesco autoponerse, con dinero público unos sueldazos nada más entrar en el Ayuntamiento y pretender subírselos poco después.
Eso le trajo consecuencias inmediatas. Ignacio Urquizu la relegó en parte de sus competencias. Además, por lo que he conocido, también tuvo persecución a nivel personal, más allá de la política.
Pese a ello, Susana Mene ha seguido trabajando activamente desde el rincón de poder que le quedaba, no retirándose a lamerse las heridas.
Lo último, era esperado, es que ya no será concejal de Alcañiz, porque Ignacio Urquizu la ha descabalgado de las listas (autonómicas y locales) para que no pueda continuar su carrera política (en los dominios controlados por Ignacio Urquizu).
Sin entrar en más análisis; mi respeto a Susana Mene que ha hecho bien su trabajo y por ello ha sido castigada.
Frente a ella, llama la atención las concejalas y los concejales que no han dado palo al agua en cuatro años y vuelven a ser aspirantes a cobrar del erario público.