Desde el confinamiento al que estamos sometidos por este virus asesino, quiero dar las gracias.
A los que se quedan en casa.
A los servicios de limpieza de las ciudades y pueblos.
A los que se quedan en casa.
A. TODOS los trabajadores de residencias geriatricas, que se la juegan a diario.
A los que se quedan en casa.
A los voluntarios de protección civil.
A los que se quedan en casa.
A las fuerzas de seguridad (a todos los cuerpos), que se la juegan a diario.
A los que se quedan en casa.
A celadores, auxiliares, enfermeras, médicos y resto de personal de los hospitales públicos que están dando ejemplo de profesionalidad y sacrificio.
A los que se quedan en casa.
A mi vecino del edificio de enfrente que nos anima todos los días varias veces con su música.
A los que se quedan en casa.
A los conductores de autobús y taxistas.
A los que se quedan en casa.
A todos los empleados de tiendas y supermercados.
A los que se quedan en casa.
A los camioneros que transportan los productos que necesitamos.
A los que se quedan en casa.
A los que cosen mascarillas.
A los que se quedan en casa.
A los que donan productos que son imprescindibles en los hospitales.
A los que se quedan en casa.
A los que difunden sus canciones, poemas o chistes por las redes para ayudar a mantener el ánimo.
A los que se quedan en casa.
A los que NO reenvían cadenas que sólo auguran el apocalipsis o desinforman con recetas pseudocientíficas que no hacen más que daño.
A los que se quedan en casa.
A los conductores de ambulancias.
A los que se quedan en casa.
A los que trabajan de ayuda a domicilo, cuidando a nuestros mayores.
A los que se quedan. en casa.
A los medios de comunicación que nos mantienen razonablemente informados.
A los que se quedan en casa.
Seguro que se me olvida alguien. Que me perdonen.
El orden de esta lista es aleatorio. No está ordenada por importancia. Todos y cada uno son importantísimos.
Y por si no lo había dicho:
GRACIAS POR QUEDAROS EN CASA.