¿Quién no recuerda de niño, esas noches de verano donde nos sentábamos a las afueras del pueblo a observar el cielo junto con amigos que venían a veranear?
Alguno de ellos exclamaba: - ¡En la ciudad donde vivo no se ven tantas estrellas!
Y es que ahora con las noches de verano, apetece salir a “tomar la fresca” y observar ese manto de estrellas, la Vía Láctea, constelaciones, … que nos envuelven en las noches donde la Luna deja de ser la protagonista.
Nuestros cielos de Teruel albergan un patrimonio único gracias a la baja contaminación lumínica, resultado de la despoblación.
No es posible tener esta calidad de cielo en sitios o ciudades muy iluminadas ya que la propia iluminación generada nos impide ver las estrellas y objetos menos brillantes.
Parámetros de la Foto: ISO 800, Focal 90 mm, Apertura 2.8, Tiempo integración 30 fotos x 2min
Cámara Sony Alpha 7 (Astromodificada) + objetivo macro 90 mm + SkyTracker Ioptron
Pero aquí, en estas condiciones de total oscuridad y sin Luna, no sólo nuestros ojos descubren maravillas: las cámaras de fotos son capaces de captar un largo espectro de luz que se escapa a nuestros ojos, plasmando en la retina de la cámara la imagen que os muestro.
Cygnus, el cisne, es una constelación del hemisferio norte que atraviesa la Vía Láctea. La disposición de sus principales estrellas hace que a veces sea conocida como la Cruz del Norte.
Deneb es la estrella más brillante de la constelación del Cisne, significa "cola" en árabe. Puede localizarse en lo alto del cielo de verano en latitudes norte, y es uno de los vértices del llamado triángulo de verano. Es la 19ª estrella más brillante visible en el cielo nocturno.
Junto a Deneb, al estar alineada con la Vía Láctea, tenemos varias nebulosas de emisión Alpha muy interesantes como son: Norteamérica, El Pelícano, Mariposa, Creciente,....
Por increíble que parezca esta imagen esta captada con una cámara de fotos de 350€ en el mercado de segunda mano y un objetivo de 90 mm. Eso sí, es necesario montar la cámara sobre una montura ecuatorial que contrarresta el movimiento de rotación de la tierra para que la cámara apunte siempre al mismo punto y pueda ir sumando la luz que le entra al objetivo durante minutos o incluso horas.
Con el procesado adecuado en el ordenador se rescatan estructuras que escapan a nuestros ojos.
Así pues, disfrutemos como niños de nuestros cielos, no permitamos que el efecto de la contaminación lumínica descontrolada tiña nuestros pueblos de amarillo o blanco y preservemos uno de nuestros bienes más preciados, la oscuridad.
Instagram: @juan_carlos_peguero_baeta