Opiniones

Sin rastro

Imaginaos por un momento una bonita fuente de piedra que adorna una plaza junto a la estación del ferrocarril de una de las ciudades más importantes de un territorio. Imaginaos que, cosas de la modernidad, se remodela esa plaza y se retira la escultura de su sitio. Imaginaos que, unos años después, la familia del escultor, catalogando su obra, pregunta por esa pieza y nadie sabe nada.

Como si se hubiera desvanecido, evaporado. Pues eso es exactamente lo que ha sucedido con la 'Fuente de un niño con un gran pez', del alcañizano Francisco Rallo Lahoz, que estaba situada en la plaza de la Estación de Caspe.

Caspe gozó -y podría seguir gozando- de obra pública de uno de los mejores escultores aragoneses de la segunda mitad del siglo XX, Francisco Rallo. Quien tenga curiosidad por conocer su obra puede ir a Zaragoza, llegar hasta el Puente de Piedra, levantar la vista y ver los cuatro imponentes leones que lo flanquean. Es posible que en algún momento haya quedado en la “Bola del mundo” de la plaza del Pilar, también obra suya. Hasta puede que haya bebido de alguna de las dos fuentes de niños con peces de la misma plaza y
del mismo autor. De hecho, la escultura perdida, realizada en arenisca en 1969, es el antecedente de estas dos.

Ni siquiera es necesario desplazarse a Zaragoza a contemplar obra de Rallo.

Basta esperar a Semana Santa, acercarse a Alcañiz y aguardar a que pase el paso de “Jesús atado a la columna”, también manufactura suya. Si no se quiere esperar, en Cretas tiene un busto de bronce de Nicanor Villalta realizado por él. Otra opción es bajarse a Gargallo o a Fortanete a disfrutar de los dos grandes retablos esculpidos por él en los años cincuenta.

Para ver el de La Puebla de Híjar, en buen alabastro, habrá que esperar a que se pueda restaurar.

Caspe podría formar parte de ese circuito “ralliano” si se hubiera conservado su fuente. O se repusiera. Pero primero habría que encontrarla, lo cual, por el momento no ha sido posible, pese al requerimiento que le hizo la familia al Ayuntamiento de la localidad el 23 de enero de 2020, hace ya más de tres
meses, y sin respuesta.

Nadie sabe nada. Nadie dice nada. Los más mayores del lugar aún la recuerdan. Pero nada se sabe de su paradero, ni siquiera de si sigue existiendo, lo cual podría conllevar responsabilidades penales, si atendemos a la Ley 16/1985 de 25 de junio del Patrimonio Histórico Español. Por ello se hace, si cabe, más importante conocer su paradero, saber en qué estado se encuentra y, si es posible, restaurarla y recuperarla. Y si no, depurar responsabilidades.

Geóloga/petróloga especialista en Ciencias del Patrimonio.

Otros artículos de opinión

Respeto
Respeto 15/01/2025
Image