Pasadizos de Alcañiz
En mi opinión, pocas ciudades en España disponen de un sistema hidráulico tan antiguo y monumental como el que dispuso Alcañiz en el pasado y sigue conservando en la actualidad, por lo que es bastante razonable suponer que los antiguos hubiesen podido utilizar ese cauce subterráneo que discurría a lo largo y ancho de la ciudad para comunicarse entre algunas partes de la misma.
Así pues este canal hidráulico tendría una función claramente definida de suministro de agua a las sedientas tierras del valle del Guadalope y otra digamos "comunicativa" que pudiese utilizarse cuando fuese necesario. De hecho, como veremos posteriormente, dos iglesias están construidas bajo el cauce de esta acequia: la iglesia de San Francisco y la iglesia del Carmen.
Autor: Javier Zardoya.
Más información en: http://zardoya.blogspot.com/p/pasadizos-de-alcaniz.htm
La acequia nueva, una obra monumental que todavía hoy en día sigue siendo útil a los alcañizanos, debió de suponer en aquella época un auténtico alarde constructivo, de ingenio, y de desembolso económico para la sociedad bajoaragonesa.
Tras nacer en un azud de piedra situado en el río Guadalope a kilómetro y medio aguas arriba de Castelserás, riega toda la margen derecha del río y penetra en Alcañiz paralelo a la carretera de Castelserás. A partir de ahí toda ella transcurre subterráneamente por la ciudad hasta desembocar en la partida "Santa María" tras haber recorrido unos 12 kilómetros. Según las Ordenanzas de la Comunidad de Herederos Regantes de la Ciudad de Alcañiz de 1972 tiene asignados aproximadamente un caudal de unos 2 metros cúbicos por segundo, aunque hoy posiblemente debido a la pérdida de esas huertas para construir el barrio de Viveros disponga de bastante menos caudal.
Autor: Javier Zardoya.
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Como ya se apunta en el artículo, coincido en la hipótesis de que, de haber existido realmente esa red de pasadizos subterráneos en el pasado, sería lógico pensar que la acequia nueva, que realmente es una obra del siglo XII o XIII, hubiese tenido un doble uso. Es decir: aparte de haber sido utilizada para el riego de toda la huerta que hasta hace escasas décadas circundaba a Alcañiz por el norte, podía haber sido utilizada en determinados momentos como una forma de comunicación subterránea entre distintas zonas de la ciudad.
Autor: Javier Zardoya.
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Vamos a regresar de nuevo al reportaje de mi querida colega del Diario de Teruel Maribel Sancho Timoneda. En él ya se apuntaba que en el transcurso de las obras durante los años 1999 y 2000 se había descubierto "un tramo de pasadizos que, partiendo del Palacio de Justicia de Alcañiz, antiguo convento de los monjes carmelitas, y cruza la iglesia del Carmen en una dirección incierta. Pero lo más interesante quizá de este descubrimiento, según apunta el arqueólogo director de las obras, José Antonio Benavente, es que este pasadizo conecta con la acequia nueva, una obra del siglo XVI, de 12 kilómetros, que atraviesa la ciudad paralela a la Avenida de Aragón y que supone "una nueva posibilidad de comunicación, porque transcurre de Sur a Norte por todo el casco de Alcañiz".
Autor: Javier Zardoya.
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Sin embargo una cosa me hacía albergar esperanzas de que esa entrada al pasadizo verdaderamente estuviese detrás de toda esa grava. Y es que en el suelo del túnel habíamos encontrado buro, es decir, una especie de arcilla que una vez apisonada resiste muy bien el paso del tiempo. En mi opinión, cuando se construyó esa bodega se recubrió el suelo con ella para incrementar su limpieza y su impermeabilidad. Aparecía en la zona donde limpiamos y reconstruimos la bóveda y seguía hacia más adentro, lo que daba a entender que anteriormente ese túnel continuaba antes de que se hubiesen producido los derrumbes por las roturas de agua.
Con mi marcha de Alcañiz, a finales de junio de 2011, el espacio quedó ahí. Limpio eso sí, pero esperando quizás algún día a que alguien retome la labor y pueda continuar la búsqueda de esa supuesta entrada al famoso pasadizo, si es que realmente existe.
Los trabajos se realizan en la bodega del número 48 de la calle Mayor.
Autor: Javier Zardoya.
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Los meses pasaban y después de colocar las chapas metálicas y levantar los muros de hormigón de sujeción, la supuesta pared tapiada y la entrada al pasadizo seguía sin aparecer, lo que era descorazonador. Tantas horas de esfuerzo invertidas estaban resultando en balde.
Como se observa en la fotografía, las capas de gravas y margas se mezclaban con una de arena de sílice justo en la parte central. La impresión general que daba es que difícilmente la erosión había provocado esa estructura geológica. Posiblemente en uno de los reventones de años anteriores se arrojó arena desde el centro de la calle durante la reparación para rellenar el hueco y posteriormente más grava.
Introdujimos una varilla de casi dos metros de longitud en esa capa de arena con la intención de detectar algún hueco o estructura de piedra y el resultado fue negativo.
Los trabajos se realizan en la bodega del número 48 de la calle Mayor.
Autor: Javier Zardoya.
Más información en: http://zardoya.blogspot.com/p/pasadizos-de-alcaniz.htm
Muy lentamente, debido al extremo cuidado que había que tener con las presiones de los gatos hidráulicos, la segunda chapa fue entrando hasta su posición final.
Una vez ubicadas correctamente por debajo de la bóveda de ladrillo procedimos a levantar los dos muretes de hormigón a cada lado que las sustentarían.
A pesar de los avances, los problemas no dejaban de surgir. Aparte de la constante humedad del reducido espacio, consecuencia de la evapotranspiración nuestra y de las gravas, al limpiar la bodega buscando el suelo original comenzó a surgir agua por uno de los arcos. Ésta procedía de la parte superior de la calle Mayor. Posiblemente se trataba de misma infiltración en la piedra caliza, tal y como se acumulaba en el manantial de la casa Maynar como vimos anteriormente, y que a través de vetas buscaba su salida hacia el cauce del Guadalope.
A pesar de que intentamos sacarla mediante cubos, a los escasos minutos volvía a acumularse, manteniéndose hasta un nivel constante, por lo que decidimos colocar sobre el agua una especie de plataforma de madera que permitiese trabajar “en seco” en ese espacio.
Los trabajos se realizan en la bodega del número 48 de la calle Mayor.
Autor: Javier Zardoya.
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