Pasadizos de Alcañiz

Vídeo de la reconstrucción de la bóveda

Sin embargo, vimos que no era suficientemente larga. Las gravas del techo seguían sin estar compactadas y la bóveda de ladrillo seguía sin aparecer, por lo que fue necesario introducir otra chapa más y colocarla a continuación. Esta segunda chapa tenía un metro de profundidad, y juntas sumaban 1,70 metros, que juzgamos suficiente en ese momento para conseguir llegar hasta esa supuesta pared que cerraba el acceso al pasadizo.


Debido a las dificultades y esfuerzos con que había sido colocada la primera chapa, decidí improvisar un sistema que facilitase el trabajo.

Cruzando una traviesa de madera entre dos pilares de piedra, colocamos dos gatos hidráulicos en posición horizontal para que presionasen la chapa y la hiciesen correr entre la grava. Uno de los gatos me lo dejó mi padre y el otro me lo facilitó mi amigo Antonio Aznar, a quien tengo que agradecer su apoyo y paciencia durante todo este tiempo.

Chapa y muros de hormigón

Tras la limpieza de gravas de la bodega, levantaríamos unos muros de hormigón en cada lateral que sujetarían estas chapas y que posibilitarían acceder al interior.

La primera de estas chapas, de 70 cm de profundidad, fue colocada a base de golpes de maza como si se tratase de una cuña. Tras no pocos esfuerzos, conseguimos meterla hasta la profundidad adecuada.
Sin embargo, vimos que no era suficientemente larga. Las gravas del techo seguían sin estar compactadas y la bóveda de ladrillo seguía sin aparecer, por lo que fue necesario introducir otra chapa más y colocarla a continuación. Esta segunda chapa tenía un metro de profundidad, y juntas sumaban 1,70 metros, que juzgamos suficiente en ese momento para conseguir llegar hasta esa supuesta pared que cerraba el acceso al pasadizo.

Los trabajos se realizan en la bodega del número 48 de la calle Mayor.

Autor: Javier Zardoya.

Más información en: http://zardoya.blogspot.com/p/pasadizos-de-alcaniz.htm

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Reconstrucción de la bóveda

La idea original era, una vez que estuviese limpia de escombros, reconstruir la bóveda dañada desde su interior para llegar a ese supuesto acceso al pasadizo.
Para ello preparamos unas chapas metálicas con la forma y el ángulo de la bóveda construida en ladrillo. Estas chapas debían de correr por debajo de la bóveda y sujetar el peso de las gravas que se escapaban tras el reventón y que originaban un claro peligro de derrumbe debido a su escasa compactación de la tierra en las reparaciones anteriores efectuadas desde la calle Mayor.

Mi compadre Nicolás Moreno, el mejor herrero de Fuentes de Ebro (Zaragoza), se encargó de prepararla.

Los trabajos se realizan en la bodega del número 48 de la calle Mayor.

Autor: Javier Zardoya.

Más información en: http://zardoya.blogspot.com/p/pasadizos-de-alcaniz.htm

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Sacando toneladas de grava

Sería largo de contar aquí los días que estuvimos desescombrando ese espacio. Por resumir un poco: comenzamos a mediados de junio de 2010 y no fue hasta mayo de 2011 cuando quedó totalmente despejado.

A lo largo de prácticamente ese año, durante los fines de semana, y con ayuda de algunos amigos como Carlos Manrique, mi padre, mi hermano o mi tío, pudimos sacar mediante pequeños sacos de plástico las más de 10 toneladas de gravas que se habían acumulado.

Los sacos los acumulábamos en una de las bodegas cercanas y posteriormente los subíamos hasta el patio de la casa para llevarlos hasta la escombrera ya que se acumuló tal cantidad que hacía imposible trabajar con un poco de holgura.

Los trabajos se realizan en la bodega del número 48 de la calle Mayor.

 

Autor: Javier Zardoya.

Más información en: http://zardoya.blogspot.com/p/pasadizos-de-alcaniz.htm

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"Decidí empezar a limpiarla por mi cuenta"

Así las cosas, y ante la imposibilidad de realizar prospecciones en la antigua iglesia, sólo quedaba la posibilidad de investigar en esa bodega del número 48 tentando a la suerte para que detrás de esas toneladas de gravas que ocupaban el espacio se encontrase esa pared y tras ella el acceso al pasadizo del Guadalope.


En mi opinión, dando por cierta la versión y recuerdos de Navarro, y debido a la profundidad a la que estaba situada la bodega –que no estaba siendo afectada por las obras de la calle Mayor- sería posible que esa entrada siguiese estando ahí, a pesar de haber transcurrido más de medio siglo.


Visto el nulo caso que prestaba el Ayuntamiento a las solicitudes decidí empezar a limpiarla por mi cuenta.

Autor: Javier Zardoya.

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El convento de Santo Domingo

Además de las tareas propiamente religiosas, el convento de los Dominicos de Alcañiz se convirtió desde el siglo XV en un centro en el que, según el erudito alcañizano E. J. Taboada: "Los frailes cultivaron todas las ramas del saber humano: Con igual aptitud fomentaban industrias agrícolas, que mantenían discusiones científicas. En él se formaron eruditos aragoneses como Gómez Miedes, Juan Sobrarias, Jerónimo Ardid, Domingo Andrés, Alonso Gutiérrez, Fray Tomás Ramón, Pedro Juan Zapater y muchos otros.

En la Guerra de la Independencia, la iglesia y convento de Santo Domingo fueron objeto, como el resto de las iglesias de Alcañiz, de un despiadado expolio y destrucción. El convento fue abandonado desde enero de 1809 a 1816, fecha en la que regresaron algunos religiosos dominicos. Poco tiempo duró el proceso de recuperación del ruinoso edificio pues en 1836 tuvo lugar la exclaustración y abandono definitivo del mismo, pasando tras su venta, a manos del Ayuntamiento, que lo utilizó poco después como lonja y mercado de granos.

Durante el siglo XIX y buena parte del XX la antigua iglesia de Santo Domingo pasó a manos privadas, convirtiéndose en cuadra, cochera, posada, estación de autobuses, garaje o taller de reparación de vehículos. No fue hasta 1989 cuando el templo pasó a ser propiedad nuevamente del Ayuntamiento de Alcañiz, que en 1997 inició las obras de rehabilitación para ubicar en él el actual 'Atrivm. Espacio de Historia'.

Autor: Javier Zardoya.

Más información en: http://zardoya.blogspot.com/p/pasadizos-de-alcaniz.htm

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Quizás no conviene que la entrada se conozca

Una antigua descripción de este convento de Santo Domingo indica que "tenía 120 palmos de largo en cada uno de sus cuatro lienzos y una anchura de 22 palmos, con siete arcos mayores subdivididos por otras tantas columnas y con bóvedas de artesonado con florones. En el centro del claustro existía un gran aljibe con una capacidad de 5.000 cántaros alimentado por los canales de la acequia. Tuvo hasta 19 amplias celdas, todas iguales, cada una con su propia alcoba, sala de estudio y alacena así como una casa de novicios con sus celdas, oratorio, cocina y huerto propios. Otros edificios importantes fueron el reflectorio, la biblioteca ("con muchos y muy buenos libros en sus estantes"), y la capilla de la Virgen del Rosario, muy apreciada por los alcañizanos".

Del supuesto pasadizo que arrancaba de sus entrañas nada se dice, pero obviamente, tampoco era una cosa como para ir dándole publicidad si lo que se quería conseguir era una entrada secreta a la ciudad.

Autor: Javier Zardoya.

Más información en: http://zardoya.blogspot.com/p/pasadizos-de-alcaniz.htm

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