Opiniones

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Dafne Fortea. Astrología financiera

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Nadie sabe que va a ocurrir con esta crisis que no quiere marcharse, y sin embargo, todo el mundo hace pronósticos constantemente. “España será de los países de la Unión Europea que más crecerá en 2012” ha afirmado Zapatero en una entrevista en la CNBC estadounidense citando informes del FMI Fondo Monetario Internacional y de JP Morgan. Mientras el presidente que ha sido definido por los servicios secretos estadounidenses como un “izquierdista, trasnochado y romántico” se esfuerza en dar mensajes optimistas de confianza, los mercados financieros continúan siendo más caóticos e inestables que las fuerzas naturales.

MI MOLESTA OPINIÓN: La chupa de Ángel Lacueva

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José Alberto Pellicer
Encuentro una nota del ayuntamiento de Alcañiz en la que censura una opinión de la periodista Eva Defior en la que ponía como chupa de dómine al senador y concejal alcañizano Ángel Lacueva. La periodista menciona, entre otras cosas que le llaman alizio, que ha ganado peso, o sea que ha engordado, o que usa la materia gris, además de poner de manifiesto que cobra de tres administraciones, entre otras cosas.

La Junta de Gobierno del ayuntamiento alcañizano sacó una nota en la que pide “retractación de tan deleznables palabras”.

Y he leído la opinión de Eva Defior por un correo electrónico, que yo soy fiel a mis principios, con detalle. Y considerando que el ayuntamiento de Alcañiz es democrático y cree en la libertad de expresión he llegado a la conclusión de que quiere que diga que el senador está delgado por el mucho trabajo que realiza, que en vez de alizio (el del país de las maravillas) diga que le pueden llamar por ejemplo pinocho,  que no cobra un duro o que no está utilizando su materia gris.

Porque cuando uno escribe una opinión, o delinque y se le lleva al juzgado, o se le deja en paz. Sacar un comunicado por parte del ayuntamiento es simplemente censurar, algo propio de dictadorcillos. Como imagino que no será el caso, por eso apunto a posibles rectificaciones.

Pero quiero apuntar una crítica y es que resulta chocante que esa Junta de Gobierno no haya sacado ninguna nota para poner en evidencia que el senador y concejal Ángel Lacueva no ha cumplido sus promesas electorales, ni en el Senado ni en el ayuntamiento. O ¿es que eso no tiene más importancia?

No pretendo con esta opinión ser corporativista. Ni mucho menos. Lo que quiero es que la Junta de Gobierno se junte para que me reconozca mi trabajo y saque otro comunicado sobre esta opinión. ¡Qué honor!

Si no lo hacen en esta ocasión, lo seguiré intentando hasta hacerme merecedor.


José Alberto Pellicer. Provincianismo


Hace unos ocho o nueve años, el que fue presidente de la Diputación Provincial de Teruel, Miguel Ferrer, fue a promocionar la provincia de Teruel a la ciudad de Nueva York, y estos días que he estado en ella, nadie puede imaginar lo locos que estaban todos por conocer a un turolense. Todos los neoyorquinos conocían la provincia de Teruel, el melocotón de Calanda, el aceite, las torres mudéjares, el jamón, la fuente de los 72 caños antes de ser tapada y las vacaciones que se pegó el presidente a costa de nuestros impuestos.  Uno descubre los viajes que se pegan los políticos por las huellas que dejan.

Pero hay otros ejemplos. El maratón de Nueva York lo patrocinaba, entre otros, la Junta de Andalucía, que puso un pequeño pabellón donde había fotos de la Alambra, de la Giralda y algunas más emblemáticas que todos los españoles conocemos de Andalucía. Los andaluces, que no van de nacionalistas, tuvieron mucho cuidado de que no apareciera el nombre de España, o Spain en su versión inglesa. ¿Se imaginan que un gringo se viene de vacaciones a España, se equivoca y en vez de aparecer en Andalucía lleva sus carnes a la playa de Peñíscola? Les daba un infarto. Que se promocionen ellos.

Justo les viene a los estadounidenses para identificar España como un país europeo, como para saber que Andalucía es un lugar con encanto. Unos segundos después de pasar por el pabellón, nadie se acordaba de ¿ Anda qué? Anda y que te den, porque es una vergüenza el dinero que se tira en promociones ridículas. Nada que ver con el conocimiento de la provincia de Teruel, con las exportaciones sin conocimiento que estamos haciendo todos a Nueva York, con lo ávidos que están en conocernos. ¿Bajo Ara qué? Baja ahora no vayas a caer del higotero, que los impuestos son nuestros.

José Miguel Celma. 18 es un buen número

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El Partido Popular ha obtenido 18 escaños en el parlamento catalán. No cabe la menor duda de que lo que algunos no podían imaginar se ha convertido en realidad. La realidad de lo que significa el número en sí. Para algunos, igual que en la edad, pasa a ser lo que dictamina la mayoría de la misma, las posibilidades de un número que por no ser alto ni bajo es significativo. A algunos les va a dar la posibilidad de opinar con libertad, la que da un grupo que ha sabido hacer realidad una ilusión, que ha sabido luchar, trabajar y, sobre todo, demostrar que las minorías, aun supuestamente compactas, no dejan de ser minorías, mezcladas por intereses pero con una homogeneidad tan baja que al final la evidencia hace solamente su trabajo.
Las urnas en Cataluña han dictaminado, han demostrado un avance al alza para la serenidad, la sobriedad y, sobre todo, la confianza de que lo que era difícil pasa a ser cierto, y como un viejo conocido decía: “el garbanzo siempre va a la cuchara”. Espero, como dijo un día Zp que cuando gana en Cataluña también gana Madrid, que el dicho se haga real y que cuando pierda en Cataluña también pierda en España.


Rubén Pascual. Estamos de mudanza

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Cuando se vive en una casa cuyas estructuras y cimentaciones son defectuosas y amenazan con ruina y peligro de quedarnos sepultados debajo o que nos salpiquen los cascotes, lo más sabio es construir otra casa, mucho más perfecta, de agradables formas, donde de gusto estar en casa.
Tal es la imagen del estado social y el sistema mundial económico. La imagen del fermento humano de los últimos milenios ha llegado al límite. Todos podemos ver la inmensa cantidad de corrupción en los estados, en la política, en lo militar, en los hogares, en  las casas reales, el vaticano y todo el enorme acaparamiento que tienen en los medios de comunicación, maestros de la ilusión, pero ante todo, la adoración al dinero tan desmesurada  que hay, y la escasez, carencia,  violencia y profunda injusticia que sufre gran parte de la población mundial. Si hablamos de la destrucción de nuestro hogar, os puedo decir que Tierra no hay más que una, y un planeta tan bonito, lleno de vida y de posibilidades para vivir con dignidad sobre la madre es algo que deberíamos agradecer todos los días. Pero su diversidad biológica está siendo destruida, su pureza, su esplendor. Una pregunta: ¿Dónde te sientes bien? ¿A que en el campo se está de maravilla? Uno va allí a desintoxicarse del tóxico de estos tiempos. ¿Aprenderemos a vivir en armonía entre nosotros y con la naturaleza viéndola desde el corazón? Yo creo que sí, pero el camino de retorno es largo, tan largo como queramos que sea. Puede ser cuestión de un momento en el que tengamos la oportunidad de crear una nueva manera de entender a la sociedad humana, de crear un nuevo orden en armonía con todo lo que vive. Estamos hablando de respeto señores.
Dicen que quieren prohibir todas las plantas medicinales en Europa. Que sólo las farmacéuticas tengan el poder de comercializarlas y sintetizarlas y artificializarlas y, y, y…Es una ley que quieren poner en vigor. Control total de la medicina natural y control total de la enfermedad: ¡Vacunaciones masivas! ¡Fármacos a tutiplén! ¡Quien da más! ¡De vez en cuando inventamos pandemias! ¡También envenenamos las aguas! ¡Y el aire! Ja, Ja, Ja, ¡Viva el mal! ¡Viva el capital!
Respira, respira y tomate una infusión de tomillo y respira el aire puro que nuestra madre tierra nos da. Buen sol que nos da la energía. Al final tendremos una bonita casa, un nuevo hogar.


José María Martínez. Siervos o ciudadanos

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Me decepciona mucho que soportemos sin pestañear que sean los mercados los que nos digan cómo tenemos que vivir. Porque estamos hablando de mercados, como algo abstracto, pero en realidad son los mercaderes, los que tienen la pasta, personas de carne y hueso, los que nos fuerzan a hacer cosas. Pero esos mercaderes no han sido elegidos por nadie. Sus intereses no son los nuestros. Nos obligan a traición, porque tienen en su poder el dinero.

Estamos en la vorágine de cambios políticos, sociales y laborales que son implementados por los gobiernos de turno, pero no lo hacen voluntariamente, sino que son puestos de rodillas y obligados a realizar reformas que la ciudadanía no queremos. Grecia, Irlanda, Portugal, España, etc… han modificado sus leyes al gusto de los dueños de la pasta.

Siendo esto grave, porque es sin duda quitarnos la libertad, es mucho más grave que los gobiernos y los partidos mayoritarios lo vean como normal, y no se atisba en el horizonte ni un ápice de rebeldía, ni un ápice de dignidad. Los que tienen el dinero nos están convirtiendo en siervos, y lo aceptamos como inevitable, como natural, como normal. Los gobiernos asumen que debe ser así, y punto. Los gobiernos de Europa son capitalistas.

Pero no puede ser. Esta no es la tierra prometida, esta no es la Europa anunciada, este no es el mundo al que queríamos dirigirnos. Y además, no es inevitable. Se pueden hacer las cosas de otra manera. No queremos órdenes de nadie, pero mucho menos si ni siquiera han sido elegidos por nosotros.

La situación actual tiene un origen. Esto tiene un antecedente. Hay que saber por qué. Cuando protestábamos porque la Unión Europea ponía al mercado en su Constitución como uno de los objetivos esenciales, estábamos diciendo que no queríamos que fuera el mercado (léase el dominio de los mercaderes) uno de los objetivos de la Unión Europea. Cuando en su artículo 3.2 la Constitución decía que sus objetivos eran “un espacio de libertad, seguridad y justicia sin fronteras interiores y un mercado interior en el la competencia sea libre y no esté falseada”, se estaba claudicando ante esos mercaderes, y se estaba poniendo al mismo nivel la libertad, la seguridad, la justicia y el mercado.

El mercado puede ser como mucho un medio, un indicativo, un instrumento del que nos valemos para saber la mayor o menor aceptación de un producto u otro, de un servicio u otro, pero jamás un objetivo de la Unión Europea. Eso es aceptar el capitalismo puro y duro como un axioma central. Es poner a la ciudadanía al servicio del capital. Eso era lo que se nos planteaba, enmascarado, cuando nos proponían la aprobación de la Constitución Europea, cuya continuación ha sido el Tratado de Lisboa.

Y el capital no tiene patria, no tiene sentimientos, no tiene moral. El capital va a su exclusivo beneficio. Y si para conseguir que los mercaderes tengan el máximo beneficio hacen falta guerras, guerras habrá. Y si para ello hace falta muerte, muerte habrá. Lo enmascararán con las armas de destrucción masiva, con el peligro nuclear de Irán, con el islamismo radical de Al Qaeda o con cualquier otra excusa. Cuando los que mandan tienen un objetivo simple y amoral, como es el máximo beneficio, todo es posible.

La ciudadanía nos debemos expresar, mediante manifestaciones, votaciones, firmas o cualquiera otra fórmula posible si estamos dispuestos a coger el futuro en nuestras manos, o vamos, de aquí en adelante, a vivir arrodillados. Es preciso que las distintas opciones políticas, sindicales y sociales digamos claramente si estamos resignados o vamos a pelear por un futuro en libertad. Debemos decidir si queremos ser siervos o ciudadanos.

Nosotros somos partidarios de enviar un mensaje de rebeldía a los mercaderes. Un mensaje que diga que nuestra libertad, que nuestra vida, deben estar por encima, deben ser prioritarias muy por delante de sus intereses económicos. Pero para que el mensaje sea efectivo, para que sea escuchado, tendremos que ser muchos más.

Marisol Guerrero. ¿Por qué a los gamberros les gustan las paredes limpias?

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Había una vez una pared gris,  rugosa con dos puertas metálicas y unas rejas descoloridas en un chaflán de una calle.

Llegaron unos trabajadores, se pusieron a trabajar y dejaron una fachada bien bonita, una puerta con una reja blanca, una pared suave pintada de azul aragonés, unas rejas negras que hacían un contraste elegante en el entorno.

 

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