Medio ambiente
José Manuel Salvador, el secretario territorial de las comarcas turolenses de Chunta Aragonesista (CHA) recordó que el río Aguasvivas, que pasa por Vinaceite, Azaila o La Puebla de Híjar, tiene “un caudal muy irregular, llegando incluso a quedarse sin agua en verano”, pidiendo que la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) “responda a las peticiones de la plataforma Vialaz para garantizar que el río lleve un caudal mínimo durante todo el año, desde Almonacid de la Cuba a la desembocadura”.
La plataforma está formada por representantes vecinales de Vinaceite, Almochuel y Azaila y lo que piden “evitaría que pudiera secarse por completo a su paso por estos tres municipios, además de La Puebla de Híjar y La Zaida”, explican desde CHA.
José Manuel Salvador indicó que, durante los últimos dos años desde Vialaz se ha solicitado hasta en cuatro ocasiones una entrevista con la CHE y que ninguna petición ha sido respondida, por lo que el Defensor del Pueblo ha requerido al organismo una respuesta urgente”.
CHA y Compromís han acordado formular lo siguiente en el Senado:
“¿Cuándo tiene previsto el Gobierno atender la petición de la Plataforma Vialaz, formada por representantes vecinales de las localidades aragonesas de Vinaceite, Almochuel y Azaila, para mantener una reunión con la Presidencia de la Confederación Hidrográfica del Ebro, con el fin de exponer sus propuestas y demandas, dado que en los dos últimos años hasta en cuatro ocasiones se ha solicitado sin obtener respuesta alguna?
¿Qué medidas tiene previstas el Gobierno para garantizar un caudal mínimo en el río Aguasvivas que evite se seque por completo a su paso por las localidades aragonesas de Vinaceite, Almochuel, Azaila, La Puebla de Hija y la Zaida?
La Asociación de Amigos del Río y de los Espacios Naturales, en colaboración con los Agentes de Protección de la Naturaleza, se encargan cada verano, desde el 2011, a controlar las tortugas invasoras que hay en el río Guadalope a su paso por Alcañiz y en La Estanca.
Este verano ya han capturado en el embalse unos cuantos galápagos de Florida, que son los invasores, y dicen que, siendo los datos provisionales, “son preocupantes, pues un alto porcentaje de las capturas realizadas hasta ahora, reflejan un altísimo porcentaje de invasoras (un 91%)”.
Tal y como explican los Amigos del Río “las especies exóticas invasoras son muy perjudiciales para la biodiversidad y compiten directamente con sus homólogas autóctonas. En este caso, la especie perjudicada es el galápago leproso, autóctono de nuestro ríos y que cuesta verlos en La Estanca frente a la abundancia de los de Florida. Ya son varios los años que llevamos con esta campaña y a pesar de las circunstancias limitadoras del coronavirus, hemos decidido seguir con todas las precauciones, para no dejar un año en blanco y porque con las medidas preventivas adecuadas, podemos realizar las tareas necesarias”.
Las invasoras son previamente mascotas a las que sus dueños sueltan al medio natural causando este problema. Por eso, los amigos del río piden “que nadie suelte ningún animal exótico” y que si se encuentra alguno en los alrededores de la ribera o de los humedales “avise para poder recogerlo”.
Todos los años, especialmente en primavera y verano, caen corzos al canal Calanda-Alcañiz. Muchos mueren. Las paredes les resultan resbaladizas y se agotan nadando en busca de una salida.
A veces tienen suerte y son rescatados, como le ocurrió el pasado viernes a una corza, con signos de haber criado, que cayó al agua del canal.
Un ciudadano pidió ayuda y acudieron al rescate Agentes para la Protección de la Naturaleza, Bomberos y el presidente de la Sociedad de Cazadores.
Lograron sacarla con vida y en buen estado, dejándola a la sombra para que pudiera retomar su camino.
En Alcorisa, como en Oliete, se registraron 29 litros en unos minutos con rachas de viento muy fuertes, como lo fueron en Andorra, donde superaron los 120 kilómetros por hora. En este municipio se registraron 19 litros también en pocos minutos y 20 en Castellote.
Las tormentas fueron eléctricas. Los Agentes para la Protección de la Naturaleza barajan que fue un rayo lo que provocó el conato de incendio que extinguieron rápidamente en La Codoñera.
Muchas veces los rayos permanecen latentes en los troncos de los árboles y causan incendios días después.
La institución comarcal del Matarraña está desarrollando desde finales del año pasado una catalogación de oliveras centenarias y esta semana ha presentado los primeros resultados del trabajo, cuya finalización está prevista en el primer trimestre del 2021 y de cuya financiación se encarga esta institución y el Grupo de Acción Local Bajo Aragón- Matarraña.
Una empresa se encarga de investigar estas oliveras de grandes dimensiones y antiguas y elabora las fichas para su catalogación.
En el trabajo que se ha dado a conocer esta semana, indican desde la institución comarcal, “se intuye la importante riqueza patrimonial del olivar en el Matarraña, a pesar de la dificultad que conlleva la localización de ejemplares que reúnan los requisitos mínimos para su catalogación”.
Se han localizado, indican, algunos ejemplares milenarios “y para ello ha sido fundamental la participación en el proyecto de expertos conocedores del territorio así como la colaboración de los vecinos con sus aportaciones”.
Además, se realizará una publicación que recopile los datos más relevantes del catálogo y se datarán algunos ejemplares para poder conocer la edad y la identificación genética de las variedades autóctonas. Está previsto igualmente señalizar algún ejemplar para facilitar su visita.
La institución recuerda que es posible colaborar en la localización estos ejemplares centenarios a través del teléfono 978 89 08 81.
El Gobierno de Aragón ha aprobado subvencionar 6 proyectos de los 9 presentados para la creación de regadíos.
Una convocatoria ofertada argumentando que “en un medio de la aridez del valle medio del Ebro, la creación de manchas de regadío constituye una de las vías más eficaces para la generación de economía endógena y, por tanto, de fijar la población en nuestro medio rural” y destinada a que los proyectos pendientes de concluir puedan finalizarse.
Uno de los seleccionados es el de la Comunidad de Regantes del Civán, en el Bajo Aragón-Caspe, que está incluido en el ámbito del Plan Estratégico del Bajo Ebro Aragonés.
Desde el Gobierno de Aragón indican que “en total, los seis proyectos aprobados suponen un total de 10.629 hectáreas, con una inversión de 121 millones de euros que efectuarán los regantes en un periodo de 5 años prorrogable. A dicha inversión, y en el marco de la convocatoria ahora resuelta, el Gobierno de Aragón aportará una subvención máxima del 50 %, que suma un total de 55 millones de euros (incluida la actualización de la subvención) pagaderos en 25 años. De este modo, serán las comunidades de regantes las que obtendrán el 100% de la financiación, ejecutarán las obras y, posteriormente, irán recibiendo la subvención a lo largo de 25 años conforme vayan amortizando los préstamos por ellas contraídos. De este modo, un apoyo público diferido a largo plazo, permitirá la movilización de 121 millones de inversión privada a corto plazo en el seno de las seis comunidades de regantes que agrupan en torno a 700 propietarios, permitiendo la generación de unos 150 puestos de trabajo a corto plazo durante la ejecución de las obras así como la posterior creación de unos 1.000 puestos de trabajo estables en el momento en el que las superficies se hayan transformado, contribuyendo así a la fijación de la población en nuestro medio rural y siendo la base para posteriores proyectos de transformación agroindustrial.
Todos los proyectos aprobados cuentan con las precisas autorizaciones ambientales en base a los estudios de impacto ambiental efectuados constituyendo, por tanto, actuaciones sostenibles desde el punto de vista ambiental y que favorecerán, a su vez, la también imprescindible sostenibilidad económica de la población rural de las zonas áridas en las que se instaurarán los proyectos”.
A la limpieza de la ribera del Guadalopillo a su paso por Calanda se han dedicado los participantes en el campo de voluntariado que finalizó la semana pasada en Calanda.
A lo largo de 15 días, desde el pasado 13 de julio, 20 jóvenes de entre los 14 y los 17 años se han dedicado a eliminar vegetación sobrante, como hierbas, cañas y juncos.